El voluntariado tiene la responsabilidad de liberar a las personas para que se hagan cargo de sus propias vidas

1 de Diciembre de 2022

Eso es lo que hacen las personas voluntarias más allá de lo asistencial, acompañar y no ‘utilizar su tiempo libre’ para estar con otros, sino ‘liberar tiempo’ para estar junto a quienes las necesitan”. Esta reflexión la han hecho durante el encuentro de voluntariado "Acoger, proteger, promover e integrar" de Cáritas Vicaría VI, que ha tenido lugar recientemente en la Parroquia de San Hilario de Poitiers.

Más de 100 personas voluntarias han asistido al Encuentro, junto al personal contratado del Equipo de Vicaría y varios Párrocos y sacerdotes de Parroquias de la zona de Vicaría VI.

El objetivo ha sido encontrarse, desde el abrazo fraterno que une a las personas que comparten unas mismas inquietudes solidarias y cristianas, para poder intercambiar vivencias y reflexionar juntas acerca del trabajo diario con las familias más vulnerables.

La reflexión la ha guiado Agustín Rodríguez Teso, Párroco de Santo Domingo de la Calzada (La Cañada Real) y San Fermín. Agustín ha animado “a superar en nuestra tarea diaria el agobio de lo inmediato, de los problemas que hay que resolver sí o sí..., para entablar otro tipo de relaciones con los quienes necesitan de nosotros”.

Porque en la labor del voluntariado se trata, ha dicho, de “generar dinámicas nuevas que impidan que se cronifique la pobreza, para que no se generen dependencias nefastas, para que la pobreza no se institucionalice, porque la pobreza no es una forma digna de vivir”.

Y ha hecho cuestionarse a las personas que colaboran en Cáritas Madrid, que “si no ayudo al otro a seguir un camino distinto del de la pobreza algo estoy haciendo mal, en algo estoy fallando”.

De ahí la necesidad de huir del asistencialismo y ofrecer, más que una ayuda, un acompañamiento integral que haga que la persona “sea libre para que pueda hacerse cargo de su propia vida y no se establezcan relaciones de dependencia”.

También ha abordado el párroco la importancia del leguaje, el cómo hablamos de las personas a las que acompañamos, que no son ‘nuestras’, ni ‘mis pobres’, porque esa condescendencia nos puede hacer sentir "por encima" del otro.

Para concluir, se han dado unas pautas de lo que implica que voluntarios y voluntarias acompañen de verdad: que el otro empieza a ser protagonista de su propia vida;  deja de ser "invisible" y desarrolla cualidades que posee y que puede poner en beneficio de los demás.

La jornada ha concluido con un espacio de charla, donde ha quedado flotando en las conciencias la idea de que “el voluntario no utiliza ‘su tiempo libre’ para atender a los hermanos; sino que ‘liberar tiempo’ para llevar a cabo la maravillosa labor de estar por y con quienes nos necesitan”.
 

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