Visita a los proyectos de Cañada Real Galiana

Cáritas Madrid 22 de Febrero de 2017

El Vicario y los Sacerdotes Coordinadores de Cáritas -Vicaría IV- celebran su reunión de coordinación en el Centro "La Fábrica"

El Vicario y los Sacerdotes Coordinadores de Cáritas -Vicaría IV- celebran su reunión de coordinación en el Centro "La Fábrica".

 

Cáritas Madrid. 23 de febrero de 2017.-El pasado viernes 17 de febrero tuvo lugar la Reunión con los sacerdotes coordinadores de Cáritas de los diferentes arciprestazgos de la Vicaria IV, a la que también asistió nuestro  Vicario D. Juan Carlos Merino, el equipo de Dirección de Vicaria y la Persona de Apoyo. En esta ocasión quisieron que se realizara la reunión en el Centro que tiene Cáritas en la Cañada Real Galiana para conocer de cerca esta realidad.


Quedamos temprano en la Vicaria  para ir juntos en una de las furgonetas que Cáritas tiene para trasladarse a la Cañada. Pedro, nuestro director, al volante de la furgoneta nos va explicando lo que vamos viendo por las ventanillas. Nos dice que existen seis sectores en la Cañada Real Galiana, que abarca más de 14 km de longitud. Nos explica que los constantes camiones que vemos circular, van y vienen a la incineradora de Valdemingómez que también vemos al pasar. Como esas montañas que vemos no son montañas,  sino escombreras. Como en Cañada la falta de infraestructuras  y la escasez de recursos es una grave dificultad, especialmente en el sector 6, el más grande por extensión (6 kilómetros) y por población (un 60%). Dónde no hay calles asfaltadas, ni alumbrado, ni recursos educativos, ni sanitarios y dónde Cáritas ha decidido intervenir. Vemos “el gallinero” y  el veinte posterior donde residen especialmente población gitana de origen rumano, terminamos girando por la calle de la Mezquita en el sector seis donde Cáritas tiene un Centro que era una antigua fábrica de muebles. En esta zona está especialmente asentada población marroquí.


Los sacerdotes comentan como les ha impactado durante el paseo ver las chabolas, unas en pie otras recién derruidas. Como les ha impresionado los suelos sin asfaltar por los que la furgoneta va sorteando baches, llenos de agua sin que haya llovido o como aparecen las fogatas a las entradas de las casas y lo que significan. Vemos algún niño jugando al fútbol, a  adultos en corrillo charlando, y sobre todo, a personas con problemas de consumo de sustancias deambular por sus calles, bastante sucios y algunos hasta descalzos.


Llegamos a La Fábrica y lo primero que nos llama la atención es el huerto, que con tanto cariño y esfuerzo se ha ido cuidando. Están plantadas habas que esperemos den su fruto.  Allí nos abre las puertas Pablo, responsable del Proyecto, quien nos recibe con una gran sonrisa y nos explica los proyectos que allí se realizan. Visitamos las instalaciones mientras charlamos. Pablo, nos habla de los adultos que acuden por las mañanas para mejorar su español, de los que acuden al aula de informática para iniciarse en este mundo o para  aprender a buscar trabajo. Nos enseña el Taller Profesional de Peluquería donde los jóvenes aprenden un oficio con el que ganarse la vida el día de mañana. A pesar de proceder de un asentamiento chabolista y de vivir en unas condiciones de precariedad social, las alumnas y algún alumno apuestan por esta formación con buena actitud y excelente  disposición a aprender un oficio que les posibilite el día de mañana salir de la situación de exclusión social en la que se encuentran. Y nos enseña donde, todas las tardes, niños y niñas escolarizados en dieciocho  colegios distintos del Distrito, encuentran un espacio donde recibir apoyo escolar, merendar  y trabajar hábitos y relaciones sociales. Es un verdadero proyecto de mediación escolar que busca reforzar las habilidades sociales y escolares de los más pequeños. Ahora mismo mas de  cien niños y niñas acuden cada tarde donde se les ofrece, no solo ocio y refuerzo académico, también cuentan con una merienda, que para muchos es la cena, espacios para la higiene personal: con duchas, sus cepillos de dientes, etc. Además realizamos, nos sigue explicando Pablo, excursiones urbanas los viernes por la tarde, e incluso  campamentos de semana santa y verano durante las vacaciones escolares. Poco queda de esa antigua fábrica de muebles, en este espacio ordenado y lleno de vida, con las fotos de los menores y de los alumnos de peluquería adornando las paredes descubrimos un Centro alegre, útil y lleno de proyectos.


De vuelta ya, visitamos la Parroquia Santo Domingo de la Calzada.  Nos impresionan las tiendas de campaña que hay instaladas alrededor de la Parroquia, muy sucias, todas ellas se intuyen habitadas por las ropas que cuelgan de sus cuerdas o por las personas que se sitúan cerca. Nos recibe Juanjo para contarnos el proyecto “Encuentros con Dignidad” que allí se desarrolla. Nada más entrar lo primero que nos impacta es el olor, huele fuerte, casi desagradable. Hay varios participantes en el proyecto dentro, dejando su ropa para lavar, dándose una ducha o tomando un café. Juanjo con su enorme humanidad nos explica que se hace allí con las personas que viven en Cañada y que son consumidores de drogas. Cómo se les acepta incondicionalmente, como se les escucha hasta donde ellos quieren contar y como se les ofrecen los servicios de los que dispone el Proyecto. En este espacio pueden desayunar, descansar un poco mientras esperan la ducha o después de ducharse. También les dice que pueden charlar tranquilamente con los profesionales y voluntarios que están allí, tanto con los de Cáritas Madrid como con los  de Cruz Roja. Les recuerdan que entre todos hay que cuidar ese espacio del que disponemos, usando las papeleras y dejando limpio el sitio donde hemos estado descansando o tomando algo caliente. También que es posible salir de ese mundo de la droga, que hay esperanza y que están para ayudarle en lo que necesiten.


Nos vamos ya, nos montamos en la furgoneta, pensativos e impactados. Como es posible que en esta gran ciudad que es Madrid existan éste paisaje de miseria y suciedad, como es posible que vivan y que convivan más de nueve mil personas como nos ha comentado Pablo en estas condiciones.


Hacer la reunión aquí ha sido un éxito, los sacerdotes no conocían esta realidad. Esto hay que verlo, aunque nos lo habían contado no es lo mismo. La piel se nos pone de gallina cuando nos estamos yendo, volvemos a nuestra Vicaria, a nuestras Parroquias,  pero un trozo de nuestro corazón se ha quedado en Cañada.


Damos las gracias  a Pablo y a Juanjo por abrirnos las puertas y compartir con nosotros un rato de la mañana del viernes, contagiándonos con su actitud positiva y con sus palabras llenas de esperanza. Han dejado en nosotros la inquietud que despierta la necesidad de ayudar al hermano en dificultades.

 

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