VII Jornada Mundial de los Pobres "No apartes tu rostro del pobre"

Pilar Algarate 19 de Noviembre de 2023

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario compartimos el Evangelio de hoy según San Mateo 25, 14-30

Mensaje del Papa Francisco para la VII JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

El papa Francisco, en su mensaje para la séptima Jornada Mundial de los Pobres, exhorta a no apartar la mirada de los que están en dificultad, como los niños que viven en zonas de guerra, los que no llegan a fin de mes, los que son explotados en el trabajo y los jóvenes prisioneros de una cultura que les hace sentirse fracasados: todos son nuestros prójimos, necesitamos un compromiso político y legislativo serio y eficaz.

La mirada de un pobre cambia el rumbo de la vida de quien se cruza en su camino, pero hay que tener el valor de quedarse en esos ojos y luego actuar ayudando, no según nuestras necesidades o nuestro deseo de librarnos de lo superfluo, sino según lo que el otro necesita. Este es el concepto que subyace en el Mensaje del Papa para la séptima Jornada Mundial de los Pobres, "signo fecundo -escribe Francisco- de la misericordia del Padre".

En el Mensaje sobre el tema "No apartes tu rostro del pobre", en referencia al Libro de Tobías, el Papa ofrece una interpretación de la realidad que parte de reconocer en los más frágiles "el rostro del Señor Jesús", más allá del color de la piel, de la condición social y del origen. En él hay un hermano que hay que encontrar, "sacudiendo de nosotros la indiferencia y la banalidad con las que escudamos un bienestar ilusorio".

La realidad en la que vivimos, subraya el Papa, está marcada por el volumen excesivo de la llamada a la opulencia y, por tanto, por el silenciamiento de las voces de los pobres. "Se tiende a descuidar todo aquello que no forma parte de los modelos de vida destinados sobre todo a las generaciones más jóvenes, que son las más frágiles frente al cambio cultural en curso", escribe.

"Los pobres", escribe Francisco, "se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, entonces intervienen el fastidio y la marginación". Sin embargo, la parábola del buen samaritano, subraya Francisco, interpela el presente. "Delegar en otros es fácil; ofrecer dinero para que otros hagan caridad es un gesto generoso; la vocación de todo cristiano es implicarse en primera persona", dice el Pontífice.

Tenemos que actuar frente a las políticas ineficaces

Francisco espera el desarrollo de "la solidaridad y la subsidiariedad de tantos ciudadanos que creen en el valor del compromiso voluntario de entrega a los pobres, no obstante los límites y en ocasiones las deficiencias de la política en ver y servir al bien común". En definitiva, el Santo Padre pide no quedarse de brazos cruzados, esperando recibir algo "de lo alto". "Quienes viven en condiciones de pobreza también han de ser implicados y acompañados en un proceso de cambio y responsabilidad", escribe.

Las nuevas pobrezas

Recuerda a los niños que viven un presente difícil y ven comprometido su futuro a causa de la guerra. "Nadie podrá acostumbrarse jamás a esta situación -observa-; mantengamos vivo cada intento para que la paz se afirme como don del Señor Resucitado y fruto del compromiso por la justicia y el diálogo".

En el corazón del Papa están también quienes, ante el "dramático aumento de los costes" se ven obligados a elegir entre alimentos o medicamentos, de ahí procede la invitación a alzar la voz para que se garantice el derecho a ambos bienes, "en nombre de la dignidad de la persona humana".

Trabajo inhumano y jóvenes "frustrados"

Así, también piensa en los niños, las familias, pero también los trabajadores obligados a un trato inhumano con un salario insuficiente o el peso de la precariedad, o "las excesivas víctimas de accidentes, provocadas a menudo por una mentalidad que prefiere el beneficio inmediato en detrimento de la seguridad". Asimismo, hay una gran preocupación por los jóvenes: "Cuántas vidas frustradas e incluso suicidios de jóvenes, engañados por una cultura que los lleva a sentirse 'incompletos' y 'fracasados'", exclama.

"Ayudémosles a reaccionar ante estas instigaciones nefastas, para que cada uno pueda encontrar el camino a seguir para adquirir una identidad fuerte y generosa", es la invitación de Francisco.

Los "vecinos de casa"

Rostros, historias, corazones y almas: estos son los pobres para el Papa Francisco. El Sucesor de Pedro exhorta a compartir con ellos la mesa de sus casas en señal de fraternidad, al tiempo que reconoce la constante atención y dedicación de muchos "vecinos de casa" que no son "superhombres", sino personas capaces de escuchar, dialogar y aconsejar. "La gratitud hacia tantos voluntarios pide hacerse oración para que su testimonio pueda ser fecundo", afirma el Papa.

"'No apartar el rostro del pobre' conduce a obtener los beneficios de la misericordia, de la caridad que da sentido y valor a toda la vida cristiana", asegura el Pontífice. Para concluir, citando a Santa Teresita del Niño Jesús 150 años después de su nacimiento, Francisco recordó que "todos tienen derecho a ser iluminados por la caridad" y pidió "mantener nuestra mirada siempre fija en la faz humana y divina de nuestro Señor Jesucristo".  

Para la reflexión

¿Qué puede significar esto que nos dice el Mensaje del Papa de no apartar el rostro del pobre hoy?

Son muchas las realidades de falta de dignidad y de justicia las que afectan a miles de personas en todos los continentes. La falta de justicia social, económica y medioambiental genera pobreza, guerras, éxodos masivos entre territorios, redes de violencia y abuso sobre las personas que tratan de huir, desesperadas, en busca de una paz difícil de encontrar.

No apartar el rostro tiene mucho que ver con mirar de frente la vida y lo que ocurre en ella, mirar y ver a las personas y lo que les está ocurriendo para dejarnos sentir todas las emociones que nos provoca. A pesar de que tanta pobreza y dolor nos desborda, seguimos recibiendo la invitación a hacernos más sensibles y permeables al dolor de los demás, a realizar gestos concretos y fraternos que expresen la ternura de Dios, el perdón y la tolerancia.

  • ¿Qué te hace hoy mirar hacia otro lado? ¿Cómo te sientes cuando esto ocurre? ¿Qué te ayudaría para aprender a mirar de otra manera?
  • ¿Cómo crees que Dios te está mirando en este momento de tu vida? ¿Qué te está diciendo?.
  • ¿Qué significa en tu vida cotidiana practicar la justicia? ¿En qué lo concretas?

Oración inspirada en el Mensaje del Santo padre Francisco
para la VII Jornada Mundial de los Pobres

Oh, Señor nuestro Jesucristo, crucificado y resucitado, con alegría nos encontramos
en torno a Tu Mesa para recibir nuevamente de Ti el don y el compromiso de vivir la pobreza y de servir a los pobres, en los cuales encontramos Tu rostro.
Te agradecemos porque hay tantos hombres y mujeres que viven la dedicación
y el compartir con los pobres y excluidos, teniendo cuidado de la promoción integral de su persona. Tu Reino se hace presente y visible en este servicio generoso y gratuito.
Ilumina las instituciones públicas para que cumplan bien su deber,
garantizando a cada ser humano el derecho a la existencia, a la integridad física,
a los medios indispensables para un digno tenor de vida, el derecho a la seguridad en caso de enfermedad, de discapacidad, de viudez, de vejez, de desocupación.
Oh, Espíritu Santo, que nos donas el discernimiento, haz que bajo tu guía
podamos reconocer las verdaderas exigencias de los hermanos pobres.
Haznos capaces de prestar a ellos nuestra voz en sus causas, acogiendo la misteriosa sabiduría que quieres comunicarnos a través de ellos, hijos de Dios.
Oh, santa Teresa del Niño Jesús, la tenacidad de tu amor inspire nuestros corazones, ayudándonos a no apartar el rostro del pobre y a mantenerlo siempre fijo
en el rostro humano y divino del Señor Jesucristo.
Amén. ¡Aleluya!

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