Viernes Santo: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu"

Cáritas Madrid 9 de Enero de 2020

Hoy Jesús muere y carga con el dolor de las personas enfermas y sus familias; de los mayores solos, migrantes y refugiados, personas sin hogar… Acompañémosle.

Lecturas: Libro de Isaías (52,13–53,12). Carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9). Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25. Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (18,1–19,42).

 

Hoy Jesús muere y carga con el dolor de las personas enfermas y sus familias; de los mayores solos, migrantes y refugiados, personas sin hogar… Acompañémosle.

 

 

 

 

Cáritas Madrid. 10 de abril de 2020.- En este día de Viernes Santo acompañamos desde casa a Jesús en la cruz. Si nos paramos a pensarlo, realmente qué poco sabemos de este crucificado. Qué poco sabemos de su dolor, de su soledad, de su angustia. Y qué poco sabemos de su infinito amor, derramado desde esa cruz sobre todos nosotros, derrochado para lavar y curar nuestros corazones endurecidos y alejados.

No queremos quedar indiferentes ante este crucificado. Desde la cruz, Él nos llama, nos mira, nos interpela. Miramos a Jesús y vemos a Dios desnudo e indefenso, doliente y abandonado, que sigue llamándonos a la comunión con él. Celebramos hoy el acontecimiento más desconcertante de la historia de la humanidad: un Dios se hace tan débil en su Hijo, que entrega en él su vida por nosotros. Tal vez celebramos a un Dios «que tanto amó al mundo, que le entregó a su propio Hijo» (Jn 3, 16). Hoy estamos ahí, con él. No importa cómo vengamos, dónde nos situemos, si como espectadores o protagonistas en este drama. Realmente no

 

ORACIÓN

Hoy, Viernes Santo, vuelvo a experimentar ante tu cruz, como Tú vas recogiendo todo el sufrimiento del mundo y de la humanidad, lo haces propio y te lo cargas sobre tus hombros, te identificas con ese dolor para no olvidarlo. Lo incorporas a tu cuerpo para injertarlo en tu resurrección y hacerle justicia amorosa, para sanarlo y salvarlo, para darle la razón y el sentido. Los fracasos justificados y glorificados se convierten en tus signos, y dan muestra de tu poder: «tú enjugarás las lágrimas de todos los ojos sufrientes e inocentes de toda la historia». En ti, crucificado exaltado, se proclamará la verdad luminosa que saca del olvido y hace justicia a los olvidados y a los desheredados. En tu luz veremos con limpieza de corazón todo lo vivido y amasado por cada hombre en su vivir y por toda la humanidad en el camino de la historia, en medio del mundo. Sólo tu juicio será verdadero y hará verdad la vida, la justificará, iluminará todo y nada quedará en el resquicio de la duda y de la tiniebla, mucho menos de la injusticia sufrida por el inocente. Tú nos invitas a adentrarnos en tu mirada divina y amorosa, larga y profunda, de sentido pleno, y nos hablas de un reino preparado para todos, desde la creación del mundo, y que estás esperándonos. Tú nos proclamas que en tu cruz tenemos la razón del absoluto para la esperanza en la resurrección y en la vida, razón amorosa que ya nada ni nadie nos podrá quitar, porque tú has resucitado. ¡El crucificado ha resucitado!

 


Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos.

Amén.

 

 

- Semana Santa desde casa junto a nuestro cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid:

Celebración de la Pasión y Muerte del Señor a las 17:00 horas.

Podrá verse por el canal de YouTube de la diócesis: youtube.com/archimadrid.

 

- Semana Santa desde casa junto al Papa: 

Celebración de la Pasión del Señor a las 18 horas. 

A las 21 horas, el Pontífice presidirá el Via Crucis en el parvis de la Basílica de San Pedro. Este año, el papa Francisco ha encargado los textos a los reclusos de la cárcel de Padua. De esta manera, las reflexiones del Vía Crucis pretenden que toda la Iglesia se sensibilice más si cabe con la realidad penitenciaria.


 

Volver