Viernes Santo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"

Pilar Algarate 7 de Abril de 2023

Lecturas: Libro de Isaías (52,13–53,12). Carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9). Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25. Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan (18,1–19,42).

En este día de Viernes Santo acompañamos a Jesús en la cruz. Si nos paramos a pensarlo, realmente qué poco sabemos de este crucificado. Qué poco sabemos de su dolor, de su soledad, de su angustia. Y qué poco sabemos de su infinito amor, derramado desde esa cruz sobre todos nosotros, derrochado para lavar y curar nuestros corazones endurecidos y alejados.

No queremos quedar indiferentes ante este crucificado. Desde la cruz, Él nos llama, nos mira, nos interpela. Miramos a Jesús y vemos a Dios desnudo e indefenso, doliente y abandonado, que sigue llamándonos a la comunión con él. Celebramos hoy el acontecimiento más desconcertante de la historia de la humanidad: un Dios se hace tan débil en su Hijo, que entrega en él su vida por nosotros. Tal vez celebramos a un Dios «que tanto amó al mundo, que le entregó a su propio Hijo» (Jn 3, 16). Hoy estamos ahí, con él. No importa cómo vengamos, dónde nos situemos, si como espectadores o protagonistas en este drama. 

Todos conocemos que la celebración de hoy comprende fundamentalmente tres partes: la primera es una reflexión en torno a la Palabra, con la proclamación de la Pasión del Señor y la oración universal; la segunda es un gesto de comunión con Jesús crucificado y con todos los crucificados de la historia. Es la adoración de la cruz. Y, por último, el rito de la comunión.

Reflexión

Viernes Santo es un día para contemplar la cruz. Mira, ora, medita… delante de la cruz. Recuerda todo lo que te ha aportado la comunidad parroquial a tu vida de fe. Da gracias a Dios por tu trayectoria de fe y de todas aquellas personas que te han ayudado a crecer en la fe (familia, catequistas, sacerdotes…).

ORACIÓN

Hoy, Viernes Santo, vuelvo a experimentar ante tu cruz, como Tú vas recogiendo todo el sufrimiento del mundo y de la humanidad, lo haces propio y te lo cargas sobre tus hombros, te identificas con ese dolor para no olvidarlo. Lo incorporas a tu cuerpo para injertarlo en tu resurrección y hacerle justicia amorosa, para sanarlo y salvarlo, para darle la razón y el sentido. Los fracasos justificados y glorificados se convierten en tus signos, y dan muestra de tu poder: «tú enjugarás las lágrimas de todos los ojos sufrientes e inocentes de toda la historia». En ti, crucificado exaltado, se proclamará la verdad luminosa que saca del olvido y hace justicia a los olvidados y a los desheredados. En tu luz veremos con limpieza de corazón todo lo vivido y amasado por cada hombre en su vivir y por toda la humanidad en el camino de la historia, en medio del mundo. Sólo tu juicio será verdadero y hará verdad la vida, la justificará, iluminará todo y nada quedará en el resquicio de la duda y de la tiniebla, mucho menos de la injusticia sufrida por el inocente. Tú nos invitas a adentrarnos en tu mirada divina y amorosa, larga y profunda, de sentido pleno, y nos hablas de un reino preparado para todos, desde la creación del mundo, y que estás esperándonos. Tú nos proclamas que en tu cruz tenemos la razón del absoluto para la esperanza en la resurrección y en la vida, razón amorosa que ya nada ni nadie nos podrá quitar, porque tú has resucitado. ¡El crucificado ha resucitado!

Viernes Santo en Madrid

12h.- Sermón de las Siete Palabras. El cardenal Osoro predica el sermón en la basílica de Jesús de Medinaceli.

17h.- El arzobispo preside la celebración de la Pasión del Señor.

 

#SemanaSanta #ViernesSanto #SemanaSantaMadrid
Volver