Vicente Martín: "La gratuidad es la clave de la compasión y del voluntariado"

Cáritas Madrid 5 de Diciembre de 2019

Con motivo del Día Internacional del Voluntariado que celebramos hoy, 5 de diciembre, reflexionamos sobre la "Espititualidad para la cultura del encuentro" de la mano de Vicente Martín, delegado episcopal de Cáritas Española.

Con motivo del Día Internacional del Voluntariado que celebramos hoy, 5 de diciembre, reflexionamos sobre la "Espititualidad para la cultura del encuentro" de la mano de Vicente Martín, delegado episcopal de Cáritas Española.


 Cáritas Madrid. 5 de diciembre de 2019.- Cáritas Diocesana de Madrid celebró ayer el tercero de los Encuentros de Debate y Reflexión programados para este curso por el Centro de Estudios Sociales de la institución. Bajo el título “Espiritualidad para una cultura del encuentro”, el delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Martín, reflexionó en vísperas del Día Internacional del Voluntariado, cómo en un mundo globalizado y desvinculado, estamos llamados precisamente a construir a una sociedad diferente, basada en la cultura del encuentro. “El voluntariado es una vocación a encarnar la compasión de Dios”, señaló.

 

PRACTICAR LA CULTURA DEL ENCUENTRO

Vicente comenzó explicando porqué el Papa nos llama a practica la cultura del encuentro. Vivimos en una sociedad global, tenemos todo a golpe de un click, sin embargo esto no nos ha hermanado más, de hecho, tenemos la sensación de que cada vez hay más división, exclusión…. Porque somos una sociedad marcada por relaciones muy competitivas que conforman personas posesivas, individualistas, que viven en la cultura de la meritocracia. Esta forma de vivir, sostuvo el delegado episcopal de Cáritas, rompe los vínculos sociales e incluso familiares en la que se corre el riesgo de sustituir o transformar el vínculo en conexión. Estamos hiperconectados pero poco vinculados: las nuevas tecnologías no nos ayudan a crear comunidad.

Esta forma de vivir está suponiendo que no nos sentamos responsables de lo que le pasa a los otros y nos está generando un sentimiento de pérdida de la pertenencia.
Necesitamos encuentro, nos dice Francisco: “Necesitamos experimentar el calor de la ternura” para luchar contra la exclusión y la desvinculación.

En Caritas sabemos que la exclusión va más allá de la pobreza económica. Vivimos en una sociedad de grandes desigualdades, rodeados de personas para las que el ascensor social no funciona, y para las que ya no se generan oportunidades. Por eso el Papa nos llama a practicar una cultura que haga frente a las llagas de nuestro tiempo: que son la pobreza y las migraciones.

 

LOS PILARES DE LA CULTURA DEL ENCUENTRO
¿Dónde debemos fijarnos para beber de esta cultura del encuentro?

Vicente Martín señaló entonces ocho pilares:


1.- El Dios de la Trinidad. Porque la Trinidad es el fundamento teológico de la unidad en la diversidad. Todo encuentro humano es reflejo del encuentro trinitario. La experiencia del encuentro con Dios nos lleva al encuentro con el otro. Y al revés.
Y como ejemplo, puso los encuentros de Jesús que recoge el Evangelio como el de la samaritana, Emaús, Bartimeo... 
Nos propuso entonces fijarnos primero en el encuentro que Jesús tuvo con la persona y luego en la respuesta que le dio. Debemos mirar primero la persona, y luego sus problemas, añadió. Estos encuentros deben ser una escuela para nosotros: lo que Jesús nos enseña es primero a encontrarnos. Dios nos enseña a estar abiertos a lo diverso.

Vicente también nos animó a ver en esos encuentros un “intercambio”. Las personas necesitadas nos evangelizan y pueden ayudarnos a conocer mejor o desde otro prisma el Evangelio y sacar lo mejor de nosotros mismos.

2.- El don y la gratuidad, las lógicas del encuentro. La cultura del encuentro se da cuando las personas dan gratuitamente su don. Donar se más allá de los propios intereses y de las elaciones sociales interesadas en las que todo se intercambia se presta, se debe o se exige. Estamos hechos para el don, nos dijo.
La gratuidad es la clave de la compasión y del voluntariado.


3.- El diálogo, camino para el encuentro y la reconciliación. Dialogar desde acoger el punto de vista del otro, desde la empatía y la apertura a la escucha.


4.- El respeto a la dignidad humana, exigencia ineludible para una cultura del encuentro. Una cultura del encuentro reconoce que el otro, el diferente o el extranjero también tiene derechos por el hecho de ser persona, por su dignidad, que está por encima de cualquier circunstancia y de cualquier resultado.
Reconocer la dignidad supone un compromiso con el desarrollo por las personas.


5.- La hospitalidad como expresión de la cultura del encuentro. Ya no vivimos en una sociedad con inmigrantes, vivimos en una sociedad migratoria, continuó Vicente. Las migraciones no son un problema que hay que solucionar, son una realidad que tenemos que aprovechar. Ahora mismo nos estamos comportando como el modelo “cowboys” construyendo reservas de personas y armándonos por si nos dan problemas.
Vicente señaló que este comportamiento responde al sentimiento de miedo en las personas. Miedo a perder la posición económica, a perder la identidad, a la incertidumbre..... Cuando uno siente miedos acaba levantando muros: físicos, legales o mentales.

“Nuestras comunidades católicas no están exentas de estas reacciones defensivas y de rechazo, justificadas por uno especificado “deber moral” de preservar la identidad cultural y religiosa original”, dijo el Papa Francisco.


¿Cómo podemos destruir estos muros? Ayudando a superar los miedos que los levantan. Y esto ¿cómo se consigue? Con la escucha activa, apelando a la fraternidad y la hospitalidad y generando seguridades. Para conseguir esto, Vicente Martín propuso generar encuentros con las personas migrantes. Porque de esa manera nos encontramos con las personas, no con el migrante. Y como ejemplo puso las transformaciones de comunidades parroquiales enteras que están acogiendo en sus salones y locales a personas refugiadas en Madrid y que están disfrutando esos encuentros.

La hospitalidad está en las entrañas de nuestra fe, señaló Vicente. Porque el otro nos conecta con Dios y es fuente de salvación. "Fui forastero y me acogisteis.... ", recordó.


6.- La interculturalidad, fue el sexto pilar que nos llamó a tener en cuenta para practicar la cultura del encuentro. Respetar las diferencias potenciando lo común, lo que nos iguala: todos somos personas con dignidad. " Yo soy con los otros, sin los otros no soy", reflexionó.  

 
7.- La sociedad de los cuidados como respuesta a la sociedad de la desvinculación. Una de las crisis de nuestra sociedad es la crisis de los cuidados: hemos recurrido al mercado para que cuide de nuestros hijos o mayores... Pero este no es suficiente y encima solo es posible si se tiene una posición económica. Debemos dar pasos para recuperar la sociedad de los cuidados y reflexionar sobre el papel que debe tener la Iglesia y las comunidades en esto.


8.- El encuentro con la casa común. El cristianismo está urgido a colaborar en la protección de la casa común recreando otra racionalidad (la del cuidado y no la depredación), otra antropología (no somos dueños del planeta, sino jardineros custodios), otra antropología, otra cosmología (no somos el centro de la tierra, sino que dependemos de ella). Estamos llamados a la conversión ecológica.

 

SEIS RETOS

Vicente Martín terminó su ponencia poniendo sobre la mesa algunos retos:

1.Apostar por el desarrollo humano integral, solidario y sostenible.
2. Fomentar la fraternidad común. Recuperar los vecindarios y los espacios de proximidad.
3. Asumir como tarea la mediación en la reconciliación.
4. Abordar la renovación de la sociedad redescubriendo valores y generando instituciones.
5. Potenciar la sociedad d ellos cuidados como alternativa a la sociedad del bienestar.
6. Fortalecer la familia a nivel interno y en su participación social.

 

 

Por último, mostró una imagen de un poliedro y nos animó a pensar en él como imagen de la cultura del encuentro. Con muchas aristas, pero perfectamente articuladas. “Conseguir ese poliedro es el reto y misión de la Iglesia y de Cáritas”.

 

 

 

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