Una familia comprometida
Cáritas Madrid 6 de Septiembre de 2017Voluntarias de Cáritas, de madre a hija … y nieto, en Cáritas Vicaría V
Voluntarias de Cáritas, de madre a hija … y nieto, en Cáritas Vicaría V
Cáritas Madrid. 6 de septiembre de 2017.- Matilde ha sido voluntaria de Cáritas (en distintas parroquias del arciprestazgo de Usera-Almendrales, Vicaria V) durante 34 años. Tuvo que renunciar hace un año por razones de salud, ¡pero lo echo mucho de menos! Se sentía feliz, ¡era el mejor trabajo que tuve! Esther, su hija, lleva 20 años.
Este compromiso familiar empezó cuando, en el año 1978, un sacerdote de la parroquia de la Transfiguración del Señor, invitó a Matilde, junto con Mª Luisa, a “acompañarle a Cáritas”. Siguieron una formación de 6 meses y se les encomendó fundar el primer despacho parroquial. Matilde fue voluntaria en varias parroquias, en acogida, dando cursos de Corte y Confección, gestionando el ropero (¡ayudada por su hija Esther de 8 años y su hijo de 5, que doblaban la ropa!) Le dedicaba 3h a la semana y a cada nueva acción que le encomendaban, decía “pero si yo no sé”, “ya aprenderás” y así fue. Desempeñó muchas tareas y responsabilidades, acumuló muchas anécdotas y muchos recuerdos felices, abrazos de gratitud, … También evoca las 2.500 ptas. con las que colaboraban todos los meses para apoyar las acciones que desarrollaban.
Esther, hoy persona de referencia en el Centro en el Arciprestazgo de Usera, lleva desde 1997 y recuerda cómo con otros 3 compañeros se inició en el primer Servicio de Orientación e Información para el Empleo (SOIE) del arciprestazgo en la calle “Pilarica”, con medios rudimentarios. Dedica 3 horas a la semana a su voluntariado “más cuando hace falta”, echando una mano donde haga falta o supliendo la ausencia de algún/a compañero/a. Como su madre, se siente feliz con su compromiso.
¿Qué ha cambiado? Del papel y boli a la ficha informática, del fax a internet. Menos espontaneidad (dar en el momento) por más procedimiento (¿” burocracia”?), la cabeza y el corazón más acompasados. También la diversidad de orígenes de las personas acogidas hoy refleja la nueva personalidad y realidad del barrio.
Ahora el hijo de Esther, de 21 años, participa en un grupo de jóvenes y ayuda puntualmente en el economato social de Cáritas Vicaría VIII.
Esther