Un residencial para familias vulnerables con ‘sentido de vecindad pleno’

Cáritas Madrid 23 de Agosto de 2021

Así es el residencial JMJ de Cáritas Madrid, donde conviven casi 130 familias, en un ambiente donde se comparte y se solidarizan mientras consiguen normalizar su situación. Lo contamos en esta pieza informativa de TVE.

Así es el residencial JMJ de Cáritas Madrid, donde conviven casi 130 familias, en un ambiente donde se comparte y se solidarizan mientras consiguen normalizar su situación. Lo contamos en esta pieza informativa de TVE.


 

Cáritas Madrid. 23 de agosto de 2021.- En los residenciales que Cáritas Diocesana de Madrid ofrecemos a las familias que están en situación de vulnerabilidad se respira vecindad y solidaridad; y más aún tras la época de pandemia que hemos vivido en la que las familias confinadas en los residenciales se han apoyado mutuamente.

 

Así nos lo cuenta Rosalía Portela, responsable de Vivienda de Cáritas Madrid, en este reportaje emitido en TVE este mes de agosto. En él se trata sobre los recursos que se ofrecen desde instituciones como Cáritas para abordar la pobreza en nuestro país y la situación de exclusión que se vive. La vivienda es uno de esos apoyos necesarios, mientras se hace el tránsito hacia una situación normalizada. “Pretendemos”, dice Rosalia, “que las familias logren en el menor tiempo posible su autonomía para que vivan donde puedan o quieran vivir”.

 

Detrás de cada una de las puertas hay una historia, familias diferentes, con situaciones familiares diversas, así como costumbres y culturas diferentes. Todas necesitan acompañamiento para seguir adelante. Y ese apoyo empieza en la mayoría de los casos por contar con una vivienda digna.

 

Un ejemplo de estas vidas es la de Lesli, que vive con su marido y sus tres hijos en el residencial JMJ 2011, en San Blas, donde se alojan hasta 130 familias. Lesli es de Perú, llegó con su familia hace 15 años a España, y las cosas no les iban mal. Hasta que con la crisis anterior a la pandemia, y luego con la pandemia, las cosas se complicaron. Su trabajo ha sido precario en el mundo de la hostelería, ha estado en ERTE y finalmente ha sido despedida. Su marido también está en búsqueda de empleo. Y como ella misma dice “solo queremos un trabajo digno” para poder independizarse y construir de nuevo su propio hogar.

 

Como ella, la de las cientos de familias que se alojan en alguno de los tres residenciales de Cáritas Diocesana de Madrid. Y es que la vivienda, como el empleo, son pilares fundamentales para la inclusión de las personas más vulnerables; sin empleo y sin vivienda digna no hay igualdad de oportunidades.

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