Un nuevo apicultor

Cáritas Madrid 28 de Julio de 2017

Paseando por los senderos de la Sierra Norte de Madrid nos encontramos un cartel para advertirnos de la presencia de abejas. Detrás de este cartel hay una historia de esfuerzo y superación de un hombre que acudió a Cáritas en busca de ayuda y hoy cuenta con un negocio en pleno crecimiento


Paseando por los senderos de la Sierra Norte de Madrid nos encontramos un cartel para advertirnos de la presencia de abejas. Detrás de este cartel hay una historia de esfuerzo y superación de un hombre que acudió a Cáritas en busca de ayuda y hoy cuenta con un negocio en pleno crecimiento.


Cáritas Madrid. 28 de julio de 2017.- Todo comenzó hace dos años, un parado de larga duración que tenía escasas posibilidades de encontrar un trabajo por cuenta ajena por ser mayor de 55 años, concibió su idea de montar una explotación de apicultura, aprovechando los conocimientos que tenía sobre la materia y de autoformación a través del estudio.


Con gran ilusión comenzó a dar los primeros pasos para ponerla en práctica en el entorno de la Sierra Norte, donde residía. Pero pronto se encontró con dificultades.Las entidades financieras exigían garantías que, por su situación de precariedad económica, no podía dar, además de exigirle un tipo de interés y un plazo de amortización, que hacían inviable el proyecto.


Pero las abejas le seguían rondando en la cabeza!!!El promotor, como persona mayor en situación de parado de larga duración, era acompañado por Cáritas a través del SOIE, donde comentó su idea de montar una explotación de apicultura y surgióla posibilidad de pedir un microcrédito a Cáritas a través del equipo de autoempleo de Vicaría 1.


La tarea no resultó fácil. Era la primera vez que se solicitaba ayuda en Cáritas Madrid para emprender un negocio de apicultura y al nocontar con técnicos ni voluntarios entendidos en la materia, fue necesario recurrir a expertos externos que ayudasen a comprender este tipo de negocio. El promotor tenía la idea, pero carecía de experiencia práctica en apicultura y tuvo que esforzarse para aprender los detalles del montaje de la explotación, así como los conceptos fundamentales del mundo de los negocios.


Para empezar, había que encontrar un terreno adecuado para establecer las colmenas cerca de su residencia, evitando aumentar innecesariamente los gastos de transporte. Era muy importante reducir los gastos fijos para asegurar que el grueso de la inversión se destinara a la adquisición de un número mínimo de colmenas completas que asegurasen la rentabilidad de la explotación. Tras dar con el terreno adecuado, el promotor firmó un contrato con el propietario para su uso por un plazo mínimo de 10 años, en unas condiciones muy ventajosas.


Tocaba ponerse en marcha con el equipo de autoempleo de Cáritas Vicaría I para trabajar en un plan de negocio basado en la venta de la miel producida en la explotación, teniendo en cuenta que  una colmena en condiciones normales produce unos 17-18 Kg de miel al año.


Tras superar con éxito los cursos del Taller de Emprendedores,  fue declarado apto para montar su propio negocio tanto por el UACI como por el persona de Apoyo a la Intervención. Cáritas le concedió un microcrédito por importe de unos 11.000 euros para adquirir el material necesario para montar la explotación de apicultura y obtener las licencias necesarias.Desde octubre de 2016 se está devolviendo el crédito, que tiene un plazo de amortización de cinco años.


Ya se vende la miel de la explotación y podemos asegurar que está para chuparse los dedos. Como la explotación se encuentra en medio del bosque, en un entorno natural alejado de otros cultivos, las abejas se alimentan de flores que no han sido tratadas con pesticidas, como ocurre con otras explotaciones que pueden estar cerca de campos de cultivo de cereales o frutales fumigados.


En estos momentos está produciendo unos 600 Kg/año, pero la explotación está en condiciones de rendir unos 1.200 Kg/año. El promotor ya ha obtenido un análisis de la calidad de la miel y próximamente colocará etiquetas en los frascos indicando la composición. El siguiente paso será etiquetar y precintar los frascos para la venta.


Gracias a esta iniciativa impulsada por Cáritas un parado de larga duración, con pocas esperanzas de encontrar un empleo, ha recuperado la ilusión y ve como cada día su explotación le recompensa con una producción de miel de calidad que es muy demandada, y sueña, con los pies en el suelo, en ampliar el negocio con más colmenas e incluso poder dar trabajo a otras personas.


Un negocio en pleno crecimiento!!!

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