Un camino hacia la conversión ecológica: reciclaje a través de empresas de inserción

Simplificando, podemos situar en 1962, con la publicación de La primavera silenciosa, de la bióloga marina Rachel Carson, el hito que puso de manifiesto que nuestro modelo de producción y consumo tenía serias consecuencias sobre la vida en el planeta. Parte del movimiento ecologista que surge de esta toma de conciencia, acusó al cristianismo de haber fomentado la depredación de la naturaleza. Argumentaban que la supuesta desacralización del mundo aparecía ya en las primeras páginas del génesis y, en concreto, el dominio sobre la naturaleza entregado por Dios al ser humano en Génesis 1,26 (“que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra”) y que habría servido como justificación para el expolio del medioambiente. 
Esta crítica no tenía en cuenta un hilo verde de custodia de la creación que recorre la historia del cristianismo, desde el propio Jesús de Nazaret, San Francisco de Asís, San Juan de la Cruz, Teilhard de Chardin... la encíclica Laudato Si’, del papa Francisco, que despeja cualquier duda:

“Invito a acompañar la publicación con una renovada atención a las situaciones de degrado ambiental, pero también de mejoría, en sus propios territorios. Esta encíclica está dirigida a todos: recemos para que todos podamos recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado”. 

Llamados a poner en práctica la enseñanza del pontífice, en Cáritas Vicaría IV ha arrancado un Equipo de Ecología Integral. Una de las acciones que ha llevado a cabo ha sido una sesión en la Vicaría, para sacerdotes, religiosas y laicos de las comunidades parroquiales de este territorio. Invitadas por Óscar García, vicario episcopal, han participado más de 40 personas de las distintas realidades de la vicaría IV en la presentación de una acción relacionada con el cuidado de la Creación, que Cáritas Diocesana de Madrid viene ejecutando desde hace varios años.

Se trata de la recogida de ropa usada y su posterior tratamiento, que ahora se verá potenciada por una nueva nave (5 000 m2) de clasificación y reciclado en el cercano polígono de la Atalayuela. El objetivo es que esta nueva instalación sirva como estímulo para que cuidemos mejor nuestra ‘Casa Común’.

Detrás de una simple camiseta hay un consumo de 2 500 litros de agua. Este simple dato nos ayuda a explicar por qué la industria textil es la segunda más contaminante. La reducción del consumo de ropa y su reutilización son claves para reducir el impacto ambiental de esta actividad. Por medio de dos de las empresas de inserción, Textil Empleo y Moda Re-, Cáritas Madrid contribuye, por medio del reciclado de ropa usada, a reducir la huella ecológica de la ropa. 

Por un lado, con más de 500 puntos de recogida como los llamativos contenedores rojos por muchos conocidos, se facilita la recogida de ropa usada. Esta ropa es clasificada y, en función de su estado, se destina a la venta o a la extracción de fibras textiles. Por otro, la ropa seleccionada se comercializa por medio de las seis tiendas de Moda Re- y en los seis córners instalados en hipemercados. 

El impacto así alcanzado no es sólo ambiental. Estas empresas también tienen un doble impacto social, empleando a personas con dificultades de acceso al mercado laboral por su situación de vulnerabilidad o exclusión social, de manera que en 2024 estas empresas tendrán más de 40 puestos de trabajo de estas características. 

Tras la presentación se ha trabajado en grupos pequeños para recoger lo que ya se está haciendo para cuidar la creación: usar los contenedores de Textil Empleo, incluir la espiritualidad de la ecología integral en las celebraciones de las parroquias, instalar placas solares en los tejados de parroquias, reducir nuestra huella energética, de residuos…

Queda mucho por andar, pero ya hemos iniciado un camino hacia la conversión ecológica para cuidar de la ‘casa Común’ que, en palabras de Francisco de Asís, “nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”.