Soy voluntario y no quiero quemarme en el intento: no me ahogo, me libero

Cáritas Madrid 25 de Febrero de 2016

Sesiones de la Escuela de Vida en  San Blas, Ciudad Lineal y Canillejas, en Cáritas Vicaría II.

Sesiones de la Escuela de Vida en  San Blas, Ciudad Lineal y Canillejas, en Cáritas Vicaría II.

 

Cáritas Madrid. 25 de febrero de 2016.- Desplegar todo el potencial del voluntariado social de Cáritas como agente evangelizador o sanador de heridas de los que están en la cuneta de la vida, nos va quemando muchas veces sin ser conscientes, y son otros los que lo notan antes que nosotros. Por ello,congregados 62 voluntarios en la parroquia de San Joaquín, Agustín Rodríguez Teso nos acompañó relatándonos su experiencia vivencial en esto de sumergirse en el mundo de la pobreza y la exclusión social. Para ello, nos compartió las siguientes claves:


- Poner nombre a lo que nos pasa.Ver qué nos funciona y qué no.

- ¿ Se puede salir de la dureza con que se nos presenta la vida?


Intentamos, desde nuestras pobrezas y rutinas biológicas de cada día, que nos van mostrando que el paso del tiempo nos va pasando factura,que podemos medir el compromiso voluntario por la eficacia:¿ Cuántos he conseguido sacar de la miseria? Contemplando la cantidad de gente acogida, sin duda, estamos en números rojos en eficacia..¿ Lo estamos haciendo bien? ¿Qué estamos haciendo? Cuando hay resultados positivos no sabemos si ha sido por nosotros o a pesar nuestro...


-Los desafíos de lo que vivimos: Aceptar la realidad de lo que pasa y de lo que nos pasa.La incomprensión hacia nuestra tarea, desatención familiar, nos critican...A veces intentamos justificar lo que estamos haciendo y perdemos las auténticas referencias y motivaciones.El colmo de la oposición es cuando nos rechazan hasta aquellos a los que atendemos.La realidad es dura, agotadora y conflictiva en nuestro interior y en los que nos rodean.Conocemos muchas personas que entran, pasan y salen, pero... ¿Quedarse? Se quedan muy pocos.Los que se van ni son más tontos ni más flojos que nosotros.Solo que no han encontrado la clave por la que merezca la pena permanecer..Somos capaces de hacer las cosas porque"nos salen de las tripas". No vivimos la realidad.Nos movemos por "los cariños". Es normal encariñarnos con las personas, las situaciones, incluso con las instituciones.Tenemos que ser conscientes de lo que nos pasa para poder trabajar sobre lo que nos pasa.A veces actuamos como propietarios, como déspotas: nadie sabe más que nosotros, ni entiende como nosotros, hay quien no hace más que quejarse por todo. Actuamos como disconformes permanentes.


-Otra actitud nuestra: no tener nada que decir..Expresión del total desapego, porque ya hemos perdido el afecto que nos motivó a trabajar en el voluntariado.Si lo vivimos desde el conflicto, por defensa propia nos desafectamos..Si no nos implicamos en la realidad, lo que ocurre a nuestro alrededor no nos duele, no nos mueve las entrañas..O bien cuando decimos que no tenemos tiempo.Si queremos hacer algo, no podemos hacerlo en el tiempo libre. Debemos liberar tiempos. El tiempo libre no existe. Soy yo el que tiene que elegir los tiempos para conseguir hacer las cosas que considero necesarias e importantes. O bien cuando decimos " me tengo que cuidar", es un síntoma de que se han perdido las perspectivas.


A pesar de todo.., merece la pena...

- Necesitamos una forma de contemplar la realidad que nos ayude a soportar la dureza de algunos aspectos de la vida. ¿Por qué no dejamos a Dios que haga su parte?

A veces se nos olvida de quién es la historia. Y pensamos que somos nosotros los salvadores. Ser conscientes de que somos colaboradores de algo más grande. Ser conscientes de que nuestro hacer está en el conjunto de lo transformador. Estar en la historia, formar parte de algo, es tener pasado y futuro. No podemos pretender que las cosas funcionen si no somos capaces de darle la verdadera dimensión. Nuestras limitaciones, frecuentemente son potencialidades, cuando sabemos estar, sabemos vivir. Debemos discernir con quienes comparten nuestra historia. Necesitamos vivirlo como pueblo. No es tan importante que yo vea los resultados. Confrontar con Jesús lo que vamos haciendo. Encontrar con Jesús, la palabra, la oración. Porque Jesús en su relación con los otros también vivió la impotencia, la crisis (muerte de Lázaro, lloró), la necesidad de estar a solas, de descansar. Somos criaturas. No podemos pretender ser el Creador.


-La confrontación radical, el discernimiento pleno, nos lo pide Jesús en la Eucaristía: " Haced esto en memoria mía". ¡¡Dejemos un espacio de complicidad a Jesús para que nos encomiende su tarea!!

Seguro que si intentamos aproximarnos a estos criterios tocaremos algo de lo que anhelamos en nuestro compromiso voluntario y existencial. Un poquito de felicidad.

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