“Sois los ojos, las manos, los pies y el corazón de Dios”

Cáritas Madrid 16 de Agosto de 2018

Encuentro de voluntariado de Cáritas Vicaría IV en la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia

Encuentro de voluntariado de Cáritas Vicaría IV en la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia.

 

Cáritas Madrid. 16 de agosto de 2018.- En la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia tuvo lugar la celebración de una Eucaristía con motivo del fin de curso para todas las personas voluntarias de la Vicaría IV.


Ofició la misa el vicario Juan Carlos Merino, que estuvo acompañado por otros cinco sacerdotes de la Vicaría.


Asistieron a la celebración el director de la Vicaría IV, Pedro de Luis, la subdirectora, María Antonia Ruíz y muchos voluntarios que este año han colaborado con los distintos proyectos que tiene Cáritas en ésta Vicaria.


El evangelio elegido para la celebración fue el de las bienaventuranzas, que en palabras del Vicario constituyen una fotografía de Jesucristo, el modelo de vida que Jesús vivió. Como dice el papa Francisco las bienaventuranzas son el carné de identidad del cristiano y una guía para la santidad.


Comenzó el Vicario su homilía recordando que la Eucaristía es en sí una acción de gracias y una expresión de amor, que invita a los cristianos a partir su vida en servicio de los demás. En el centro de la Eucaristía de cada uno tienen que estar las personas a las que se ha servido y ayudado. La única manera de vivir el cristianismo de una forma plena es con una actitud de servicio.


Lo primero que debe hacer el cristiano es acoger el amor de Dios. Somos servidores de la caridad por puro amor de Dios. En el servicio a los más pobres hay una dicha, una llamada a la felicidad. Se nos ha dado un regalo que es el de poder servir y hacer por los demás lo que Dios hizo por nosotros. Se nos invita a salir de nosotros mismos para servir a los más necesitados.


En la vida evangélica descubrimos la fuerza para vivir y transformar el mundo, de acuerdo con la expresión del amor de Dios por medio de la caridad.


El Vicario dio las gracias a los voluntarios por su trabajo y porque en ellos se ve lo que es la Iglesia, formada por personas distintas pero unidas en Jesucristo. El testimonio transformador solo es posible si permanecemos unidos.


Tras la homilía, los voluntarios hicieron las peticiones y unas ofrendas de los distintos arciprestazgos. Seguidamente se rezó la oración del compromiso.


Tras la Comunión hubo un bonito testimonio de Delmín, hondureña a la que Cáritas ha ayudado mucho desde que vino a España para curar a su hijo al que finalmente hicieron un trasplante y que gracias a Dios está ahora muy bien. Tuvo unas emocionadas palabras de agradecimiento a Cáritas, que está en su corazón.


Finalmente, tomó la palabra María Antonia Ruíz para agradecer a todos los voluntarios su buen hacer y generosidad y por entregar ternura, tiempo y sus corazones. Dijo que los voluntarios son los ojos, las manos, los pies y el corazón de Dios y que, sin ellos, Cáritas no es posible. También agradeció su trabajo al Vicario, a los sacerdotes de la Vicaría IV, al director, Pedro de Luis y a todos sus compañeros de Cáritas. Subrayó la gran labor del gran equipo de Cáritas, que ha dedicado este curso muchas horas a la escucha y al acompañamiento y que ha compartido el camino con personas vulnerables e inquietas ante un futuro incierto. Terminó animando a los presentes a seguir siendo buena noticia para los que nos necesitan y concluyó diciendo que esperaba volver a ver a todos tras las vacaciones de verano.


Para terminar el encuentro se regaló a todos los presentes un bizcocho en forma de corazón que ha realizado de manera artesanal nuestros compañeros de la empresa de inserción CARIFOOD como detalle de agradecimiento por todo el trabajo realizado este curso.

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