"Situaciones muy duras que te van ablandando el corazón"

Cáritas Madrid 23 de Junio de 2017

Sadio, Rolan y Alfa acompañan al padre Jorge a los colegios Santa Catalina de Sena y Cristo Rey y al colegio La Merced de Cáritas Vicaría I

Con una sonrisa permanente de sus rostros y la profundidad de sus miradas, Sadio, Rolan y Alfa acompañan al padre Jorge a los colegios Santa Catalina de Sena y Cristo Rey y al colegio La Merced de Cáritas Vicaría I.

 

Cáritas Madrid. 23 de junio de 2017.-Los voluntarios del equipo de Sensibilización en Centros Educativos de Vicaria I vuelven a las aulas.


Pero esta vez se sientan entre los alumnos y sus profesores y todos ellos escuchan emocionados los testimonios de los verdaderos protagonistas de esa “otra realidad” de pobreza y exclusión social sobre la que tanto se ha reflexionado en su día y a la que los chicos y chicas han abierto sus corazones.


Sadio y Rolan acompañan al padre Jorge a los colegios Santa Catalina de Sena y Cristo Rey. Al día siguiente, se les une Alfa, visitando el colegio La Merced. En todos ellos un denominador común, la sonrisa permanente de sus rostros y la profundidad de sus miradas.


Y es que los cuatro tienen mucho que contar, porque las experiencias vividas son muchas y muy intensas:


El padre Jorge, el “cura”, como él gusta calificarse, de la parroquia madrileña de Nuestra Señora de la Guía, lleva 30 años ayudando y acogiendo a personas drogodependientes, personas con problemas con el alcohol, personas excluidas y últimamente a inmigrantes subsaharianos.


Comienza la charla haciendo referencia a sus orígenes, al amor de su familia, es el noveno de catorce hermanos, y a la fe que le transmitieron sus padres,que marcaron su vida y su vocación sacerdotal. Cuenta que descubrió a Dios,  en su barrio, Caño Roto, en medio de las situaciones más conflictivas. Hizo alusión a su paso por el seminario, viviendo en pisos-comunidades en Carabanchel y San Blas, rodeado de problemas, familias destrozadas por la droga y la cárcel, situaciones inimaginables de marginalidad,  que lo unieron aún más a los más infelices, en los que veía cada día el rostro de Cristo.

 

“Situaciones muy duras que te van ablandando el corazón”

 

Continuó hablando de su primer destino en el barrio de Hortaleza, en un momento en el que la droga golpeaba duramente. Fue entonces  cuando comenzó a acoger a chicos en su casa y a ayudarles a superar sus adicciones. Se involucró de lleno en el barrio, en distintos proyectos y asociaciones, trabajando para el barrio desde el barrio.


La realidad social va evolucionando y actualmente el padre Jorge, al frente de la Asociación San Francisco de Asís, convive con 18 inmigrantes subsaharianos que se fue encontrando desamparados por las calles o le derivaron de otras asociaciones. Todos ellos forman una gran familia que se apoya y acompaña, en medio de la cual cada uno va descubriendo su valor para salir adelante.


El padre Jorge se considera un cura feliz:

“Me he encontrado con Dios cara a cara en cada uno de mis hermanos, los hombres y mujeres que han rodeado mi vida”

 

Sadio, lleva 8 años en España. Nació en Guinea Conakri. Pese al gran dramatismo de su historia, se dirige a los chicos con soltura y sentido del humor. Les mira fijamente a los ojos y narra las vicisitudes de su viaje en patera durante nueve días desde Senegal. Explica su origen humilde y la razón que le impulsó a huir de su hogar hacia un futuro incierto. Denuncia la corrupción de los gobernantes de su país y su deseo de que algún día se haga justicia.

 

Rolan, forma parte de la gran familia del padre Jorge desde hace 4 meses, aunque lleva en España desde hace 8 años proveniente de Libia. Se expresa con más dificultad en nuestro idioma, aunque no deja de estudiarlo, como él mismo aclara. Rolan centra su relato en las dificultades de su viaje hasta Madrid desde que desembarcó de la patera en las costas de Italia.

 

Alfa, guineano, habla de su integración en el hogar del padre Jorge y su voluntad de cursar estudios de informática.

 

Los tres se muestran felices contando sus experiencias y las singularidades de su tierra, África, un continente culturalmente muy distinto a Europa, donde conviven más de 800 etnias que no tienen concepto de país. Para ellos no existen fronteras, siendo muy acogedores y con un profundo sentido de colaboración.

 

Igualmente, agradecen sinceramente que se les facilite esta oportunidad de contar sus historias personales.

 

Sus testimonios son aplaudidos y jaleados por los asistentes, que se interesan por las razones que les han obligado a emigrar, la convivencia en el hogar, cómo se adaptan los nuevos miembros…, logrando una participación muy animada de alumnos y profesores en los centros visitados.

 

Han sido dos jornadas para recordar, vividas intensamente por todos.

 

Nuestro sincero agradecimiento al padre Jorge y a su gran familia.

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