"Servir para servir", reflexiones sobre nuestra misión en Cáritas Diocesana

Cáritas Madrid 29 de Octubre de 2019

"Lo que nos hace verdaderamente grandes es hacernos pequeños. El camino más plausible para la transformación positiva de la realidad no es mandar para servir, es servir para servir", reflexiona Sergio Leopoldo Ramírez, persona de referencia del Arciprestazgo (PRA) en la Vicaría III de Cáritas Madrid.

"Lo que nos hace verdaderamente grandes es hacernos pequeños. El camino más plausible para la transformación positiva de la realidad no es mandar para servir, es servir para servir", reflexiona Sergio Leopoldo Ramírez, persona de referencia del Arciprestazgo (PRA) en la Vicaría III de Cáritas Madrid.


Cáritas Madrid. 29 de octubre de 2019.- Hace un tiempo estuve en una agradable comida con amigos a los que hacía mucho que no veía. Lógicamente, dado el contexto en el que nos encontrábamos, el eje fundamental por el que fluían las conversaciones era acerca de cómo nos iba la vida a cada uno los presentes (trabajo, vida personal, etc.). En un momento determinado, uno de los asistentes estaba contando las vicisitudes que estaba sufriendo en su ámbito laboral y, tras narrar algunos hechos que según él ejemplificaban la supuesta falta de autoridad de su jefe directo, pronunció una frase ciertamente contundente: “Si no mandas, no sirves”.

Esta frase se quedó resonando en mi cabeza durante unos instantes, hasta que tuve el valor de contestar diciendo: “Creo que sería importante cambiar el orden de esa frase y decir: Si no sirves, no mandas” La situación se quedó ahí, como anécdota, y no generó ninguna controversia con mi amigo, pues el vínculo va mucho más allá de poder estar o no de acuerdo en lo que pensamos o creemos. Sin embargo, al terminar la comida, surgió en mí la inquietud de escribir sobre este acontecimiento. 

 

“Si no sirves, no mandas”.

Al pensar en esta frase me surgen varias ideas y preguntas. Sin embargo, hay una que siempre ha estado revoloteando en mi cabeza y en mi corazón. Una pregunta muy utópica, pero, a mi modo de ver, muy vinculada a lo acontecido en el encuentro que he relatado: ¿Cómo se transforma el mundo? Ojalá tuviera la respuesta. No, nada más lejos de la realidad. Mi única intención es rescatar la relevancia de esta pequeña anécdota para la tarea de aportar un poco de luz a tan compleja pregunta. Como la cosa va de frases, recuerdo que un día leí una (sin referencia a su autor) que rezaba: “El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión”

Ciertamente, cambiar el mundo es una tarea utópica si la interpretamos desde las enormes necesidades y situaciones injustas que acontecen en él, las cuales desbordan en la mayoría de las ocasiones nuestra capacidad de incidencia. Del mismo modo, es muy complicado “mandar” o tener influencia sobre el otro sin nada más que el poder o el posicionamiento jerárquico. Para “mandar”, hay que “servir”. Para tener un impacto positivo en la vida de los demás no hay nada mejor que el compromiso, la entrega, el servicio, esto es, el testimonio sostenido con la propia vida. Y, precisamente, los cristianos encontramos en el seguimiento a Jesús, la vida que se ha hecho más creíble, que ha generado y sigue generando la mayor transformación, desde la última posición, desde el servicio al otro (¿Qué quieres que haga por ti?). ¿No es acaso el servicio humilde, austero y desinteresado lo que da pleno sentido a la identidad del voluntariado en Cáritas? Creo firmemente que sí, que lo que nos hace verdaderamente grandes es hacernos pequeños, que el camino más plausible para la transformación positiva de la realidad no es mandar para servir, es servir para servir.

Sergio Leopoldo Ramírez

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