Santísima Trinidad

Pilar Algarate 4 de Junio de 2023

Lecturas: Libro del Éxodo (34,4b-6.8-9). Salmo: Dn 3, 52-56. Segunda carta de san Pablo a los Corintios (13,11-13). Evangelio según san Juan (3,16-18).

El domingo pasado, con la solemnidad de Pentecostés, terminó el tiempo de la Pascua; el lunes retomamos el tiempo ordinario, es decir, el tiempo de la Iglesia (con el verde como color litúrgico), un tiempo en el que estamos llamados a vivir el Evangelio en la normalidad de la vida cotidiana, dando testimonio de la alegría de ser discípulos de Jesús crucificado y resucitado.

Acabado ya el tiempo de Pascua, somos hoy llamados a la contemplación de nuestro Dios, el Dios trinitario; «el Dios solo, pero no solitario» del que nos hablaban nuestros antepasados en la fe hace ya más de mil años.

Celebrar la fiesta de la Santísima Trinidad es descubrir el gozo de la comunión que, superando diferencias, tendiendo puentes, abiertos a la escucha, al diálogo y al discernimiento, por medio de la oración, nos hace sujeto comunitario. Además nos reviste para asumir la misión de anunciar la Buena Noticia como Iglesia. Es presentarnos como comunidad de bautizados donde nadie es más que nadie, ni nadie menos que nadie. Donde todos, radicalmente iguales, construimos la comunidad con los dones que el Espíritu da a cada uno. Es acoger, en definitiva, nuestra condición de bautizados para vivir a imagen de la comunidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

Celebramos el misterio de un Dios que ama a este mundo. La Palabra de Dios que ahora escucharemos nos ayudará a meditar esta verdad. Dios se ha hecho hombre para salvar a los hombres. El amor de Dios lo vemos reflejado en la historia del pueblo de Israel que, después de la liberación de Egipto, acompaña a su pueblo. También el Espíritu nos acompaña después de la subida de Jesús a los cielos. El hombre nuevo, que camina en el Espíritu, es signo de la creación reconciliada y lugar de la morada de Dios en la tierra. La relación del "Dios uno y trino" funda y modela la vida del ser humano.

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

1. ¿Qué significa para ti creer en la Trinidad?

2.  ¿Qué implicaciones tiene para la Iglesia y para Cáritas, en concreto, creer en la Trinidad?

3.  «El que cree en él no será condenado»: ¿qué motivos de esperanza te aporta la meditación de este texto?

ORACIÓN

"Señor, mantén incontaminada esta recta fe que hay en mí y, hasta mi último aliento, dame también esta voz de mi conciencia, para que me mantenga siempre fiel a lo que profesé en mi regeneración, cuando fui bautizado en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo". (San Hilario de Poitiers).

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