Saluda del cardenal arzobispo. Semana Santa 2017
Cáritas Madrid 7 de Abril de 2017Os brindo la gracia de sumergir vuestras vidas en lo que más necesita el ser humano: el amor
Os brindo la gracia de sumergir vuestras vidas en lo que más necesita el ser humano: el amor. El hombre no puede vivir sin amor. Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, nos ha revelado con su vida que Dios nos quiere, que nos ama. Él dio su vida por nosotros para que tengamos su vida y la demos allí donde nos encontremos. Las celebraciones de la Semana Santa, es decir, las celebraciones de la institución de la Eucaristía, de la Muerte del Señor en la Cruz y de su triunfo en la Resurrección, nos ponen de manifiesto la identidad que alcanza el ser humano en el encuentro con Cristo, y lo hacen con dos abrazos: el abrazo bautismal, donde el Señor nos da su misma Vida, y el abrazo de la misericordia, es decir, de su amor incondicional. Con estos abrazos nos dijo: «Id por el mundo y anunciad la Buena Noticia».
Os invito a que en esta Semana Santa de 2017, en las celebraciones, en la contemplación del Señor en el misterio de la Eucaristía, en la adoración de la Cruz, en los momentos de silencio y oración más profundos que busquéis, en las procesiones –en las que el Señor nos dice como a Zaqueo: «Baja, quiero entrar en tu casa»–, a través de sus imágenes y de la de su Santísima Madre la Virgen María, descubramos la centralidad del anuncio cristiano (kerigma=amor); un anuncio que tiene, entre otros, estos rasgos:
1. Nos expresa el amor salvador de Dios para el hombre y sus verdaderas relaciones con los demás.
2. Nos oferta aquello que nos hace vivir en verdad, apelando a la libertad que alcanzamos cuando vivimos todas las dimensiones del ser humano.
3. Nos acerca y nos da gratuitamente los rasgos de su vida: alegría, estímulo para servir y construir la fraternidad, triunfo de la vida para todos, expresión de lo que es la totalidad del ser humano.
4. Todo nos lo da en la cercanía a nuestra vida, en la apertura a todas nuestras situaciones, en diálogo, pacientemente, desde la acogida cordial que nos hace ver que no vino a condenar sino a salvar.
Con gran afecto, os bendice,
+Carlos Card. Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid