Reflexión de Cáritas para la Cuaresma 2021: "Convertirnos en tiempos de colapso"

Cáritas Madrid 17 de Febrero de 2021

Hoy, miércoles de ceniza, 17 de febrero de 2021, comenzamos la Cuaresma, un tiempo para prepararnos espiritualmente antes de conmemorar la Pasión del Señor.

Hoy, miércoles de ceniza, 17 de febrero de 2021, comenzamos la Cuaresma, un tiempo para prepararnos espiritualmente antes de conmemorar la Pasión del Señor.

 

El testimonio de los santos radica en una experiencia fundante de encuentro con Jesús que los lleva a trascenderse, a buscar el vínculo y la unión por encima de intereses, miedos o reservas. Persiguen fortalecer el vínculo de amor, aunque ello les reporte contratiempos o persecución.

 

Pero este deseo de crecer en el amor nos les encierra en un ensimismamiento, sino que continuamente les abre a las obras de caridad, a la atención al necesitado, creando a su alrededor un estímulo por vivir la bondad y la caridad. No en vano, el papa Francisco nos recordará que “la santificación es un camino comunitario. De dos en dos” (Gaudete et exultate, 140).

 

Ahora bien, la santificación como obra comunitaria necesita de la necesaria conversión personal para entender que, ante todo, hay que vivir la humildad para apreciar la atención a los demás mediante los pequeños detalles cotidianos. Ese cultivo de la amabilidad y los detalles del amor son los que, a la postre, facilitan la labor evangelizadora de la Iglesia.

 

Por la atención recíproca que procuran las buenas obras se generan ambientes de bonhomía que despiertan la llamada a la santidad; así lo expresaba el papa emérito Benedicto XVI: “La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor, “como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día” (Pr 4, 18), en espera de vivir el día sin ocaso en Dios. El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios. Así la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4, 13). En esta perspectiva dinámica de crecimiento se sitúa nuestra exhortación a animarnos recíprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras” (Mensaje para la Cuaresma 2012).

 

Serán entonces la tibieza, la indiferencia y el egoísmo los factores que rompen los vínculos creados por la madurez espiritual. En esta Cuaresma, se nos invita a preguntarnos si caminamos con la Iglesia hacia la madurez en Cristo; si procuramos la atención a la comunidad de pertenencia dejándonos acompañar en el camino a la santidad; si buscamos lo que “fomente la paz y la mutua edificación” (Rm 14, 19).

 

Convertirnos en tiempos de colapso

 

Vivimos "tiempos recios", que diría santa Teresa. Nuestra situación sanitaria, económica, sociológica, política y ecológica nos habla de un colapso mundial. Ya hablar de cambio de paradigma se nos queda corto, puesto que en el cambio ya se intuye la transición, y ahora mismo aún no tenemos visión ni horizonte por delante. 

 

Nuestros tiempos se parecen mucho a los que nos presenta el profeta Joel: plagas, sequías, tifones... Y, en medio de todo, el profeta nos invita a no dejarnos arrastrar por el desaliento o la apatía ante unos hechos que se nos han venido encima y parecen incontrolables; nos exhorta a la conversión, a volvernos a Dios y a su proyecto original, a desterrar en medio de esta pandemia el virus de la insolidaridad y la indiferencia, ese que ha abierto brechas ecológicas, sociales, económicas. No podemos cruzarnos de brazos. El grito de nuestros hermanos y de la Madre Tierra están clamando. ¿Qué podemos hacer en esta Cuaresma para darles una palabra de aliento?

 

Fuente: Guión litúrgico Cuaresma y Pascua 2021, Ciclo B. Cáritas Española 

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