Recuerdas qué te llevó a ser voluntaria

Cáritas Madrid 18 de Julio de 2017

Espacio de reflexión sobre mi voluntariado en el Encuentro de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" y en el proyecto de personas sin hogar de Cáritas Madrid

Espacio de reflexión sobre mi voluntariado en el Encuentro de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" y en el proyecto de personas sin hogar de Cáritas Madrid.

 

Cáritas Madrid. 18 de julio de 2017.- Hace unos días tuvimos uno de los encuentros  donde periódicamente nos reunimos los voluntarios del proyecto de personas sin hogar (CEDIA) y de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica", para formarnos y compartir vivencias de nuestro día a día como voluntarios y educadores.


En esta ocasión contamos con unos invitados de excepción, pues nos acompañaba Luis Hernández, el recién nombrado director de Cáritas Madrid, Susana, directora de Obras Sociales y Begoña, directora del Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid.


La jornada se inició compartiendo un café en el salón del Centro Residencial "Sínodo 2005". Tras un preámbulo de saludos, risas y cafetito nos acomodamos en la sala, donde nuestro veterano y querido voluntario Juan  inauguró el encuentro realizando una breve oración.


Una vez inaugurado, Begoña se disponía a dirigirlo hablando de“El voluntariado social de Cáritas como agente transformador”, invitándonos a explicar en una hoja, que nos sugería la palabra cambio. Para unos, oportunidad, para otros…, el camino de la vida que lo lleva implícito, a otros les sugería miedos, inestabilidad…


El objetivo de la reflexión era repasar y pensar en cómo la experiencia del voluntariado nos había ido transformando, y centrarnos en la evolución del voluntario como agente transformador. Qué motivaciones y objetivos nos movieron a iniciar este contacto con personas que por diferentes motivos se encontraban en una situación diferente a la nuestra, con qué expectativas y objetivos, y cómo lo habíamos vivido durante el tiempo que habíamos compartido, entre residentes, educadores y otros voluntarios.


Con esta dinámica me vi recordando que es lo que me había llevado a ser voluntario. Yo he crecido en una familia cristiana, y con los años me iba preguntando que significaba ser cristiano, si realmente tenía una incidencia en mi vida. ¡Quería ser útil, contribuir!. Hablándolo con Jose Mari el sacerdote de mi parroquia me puso en contacto con una ONG de misioneros claretianos que tenía proyectos en Honduras, y me decidí a ir con ellos en mis vacaciones.  La experiencia realmente me llegó, vi cómo la gente trabajaba con ilusión y esperanza por su comunidad, una comunidad con muchos menos recursos que la nuestra y que afrontaban situaciones en ocasiones poco más que imposibles.  Allí recibí una lección de generosidad realmente bonita, gente sencilla y humilde te daban lo que tenían, llegabas a una casa y cuando querías darte cuenta te habían asado una gallina, ¡y a lo mejor todo su capital eran 7 gallinas y un chanchito (como llaman allí a los cerditos)!, te daban lo mejor que tenían.


Al regresar busqué un lugar donde poder trabajar por nuestra comunidad y a través de Luis, un buen amigo, antiguo voluntario de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica", me puso en contacto con este bonito proyecto, donde vengo todas las semanas. Cuando llegué, conocí a personas que se encontraban en situaciones realmente difíciles pero que luchaban por salir adelante, lo que me merece un gran respeto y es una lección de coraje que recibo cada vez que voy.


Volviendo al encuentro se nos invitó a pensar en nuestra evolución durante nuestra experiencia como voluntarios, si bien cuando llegas no sabes por dónde empezar. La casa está viva, unos días reina la alegría, pero otros… se nota marejada y es que la convivencia en estas circunstancias no es sencilla y nosotros, acudiendo cuando podemos, vemos fotografías fijas que vamos uniendo con las conversaciones con residentes y educadores. ¿Cómo contribuir, que podemos hacer que sirva de ayuda? Es una de las cuestiones que surgen, sobre todo cuando ves alguna situación realmente difícil. En lo que llevo de tiempo creo que nuestra labor en este proyecto es la cercanía, el acompañamiento la comprensión y estar ahí para escuchar, reír...  Una vez me definieron la labor de misionero en su concepción más amplia, como aquél que lleva la alegría de vivir a quien la necesita


¿Cómo me ha transformado este tiempo colaborando en este proyecto de Cáritas? No me es sencillo explicarlo, pero esta experiencia que estoy encantado de compartir con residentes, educadores y voluntarios me ha ayudado a entender las palabras del poeta indio:

“El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen” Rabindranath Tagore

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