El acceso a la vivienda y el empleo precario lastran la mejora de la economía madrileña
16 de Junio de 2025Por el Observatorio diocesano de la Realidad
En 2024 la economía de la Comunidad de Madrid ha continuado mejorando aunque lastrada a nivel social por el problema de acceso a la vivienda, la dificultad de encontrar un empleo digno o la de cubrir necesidades básicas de muchas personas. En 2024 Cáritas diocesana de Madrid ha atendido a 106382 personas, de las que el 44 % acudían a Cáritas por primera vez.
La Comunidad de Madrid, uno de los territorios más ricos de España, con el PIB más elevado y la segunda en renta media por persona, redujo en 2024 su tasa de paro al 8,6 % e incrementó su población hasta los 7.001.715 habitantes.
Estos avances a nivel económico contrastan con datos no tan positivos en lo social; la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social (indicador AROPE) aumentó hasta el 20,9 %, lo que coloca a la Comunidad de Madrid en primera posición en nivel de desigualdad (índice de Gini de 31,8).
Aunque la sociedad madrileña en su conjunto se ha beneficiado de avances en la situación económica, hay una parte de esa sociedad que no puede hacer frente a los gastos de vivienda, educación, salud y cobertura de necesidades básicas. Debemos señalar el enorme impacto que está teniendo la escalada del precio de la vivienda, que en los últimos 10 años ha duplicado su precio, haciendo muy difícil a las familias con menos recursos el acceso o la permanencia en la vivienda.
¿A qué personas acompañamos en 2024, de qué perfiles hablamos?
En consonancia con la mejora de la situación económica, volvemos a insistir en que no todas las personas se están beneficiando. El número de personas atendidas por Cáritas Diocesana de Madrid en 2024 ha sido de 106.382, un 11 % menos que el año anterior.
Entre los grupos de población más vulnerables atendidos por Cáritas Madrid, debemos destacar a las familias monoparentales, las familias numerosas y las familias migrantes, que muestran tasas de pobreza superiores a las del conjunto de la población. Destacar también que el 30 % de las personas con las que hemos trabajado en 2024 eran menores de 18 años. Entre las consecuencias muy negativas del elevado precio de la vivienda para las familias con menos recursos, hay que señalar el grave obstáculo que supone en el desarrollo de muchos niños y niñas.
Las nacionalidades más frecuentes entre las personas que han acudido a Cáritas Madrid corresponden a España, Perú, Venezuela y Colombia.
¿Cómo ha sido nuestro acompañamiento con las familias?
Hemos desarrollado proyectos de atención directa a personas en diferentes áreas: atención a familias en situación de dificultad social, menores, jóvenes, adultos, mujeres, personas mayores, desempleadas, migrantes, en situación de exclusión residencial, con problemas de adicción, hospitalizadas, con enfermedades mentales, en centros penitenciarios y en asentamientos chabolistas (Cañada Real).
Para apoyar y proteger a estas familias hemos entregado ayudas económicas por un importe de 7.433.721 euros, que han sido destinadas principalmente a gastos de vivienda (58 %) y a la cobertura de necesidades básicas (32 %).
Estas ayudas han ido unidas a una labor de acompañamiento personalizado para mejorar la situación, así como para favorecer su acceso a derechos (salud, vivienda, educación). Cáritas Madrid mantiene también una fuerte apuesta por facilitar el acceso al empleo, tanto a través de programas de orientación y formación como de empresas de inserción.
Nuestra actuación va más allá de la atención y ayuda directa a las personas. Aspiramos a la construcción de una sociedad más justa, por ello, se han desarrollado también diversas actuaciones de análisis de la realidad social, de sensibilización, de promoción del voluntariado y de coordinación con la Administración Pública y otras entidades sociales; todas ellas muy necesarias para colaborar en la transformación social.
¿Quiénes han hecho posible nuestra labor?
La labor de Cáritas Diocesana de Madrid ha sido posible gracias a la colaboración de 9.323 personas voluntarias, la solidaridad de las comunidades cristianas y la colaboración de 24.268 personas donantes. También es preciso agradecer y potenciar la colaboración constante con la Administración Pública. El 85 % del presupuesto empleado provino de aportaciones voluntarias y el 15 % del IRPF y subvenciones de la Administración Pública.