Quinto Domingo de Cuaresma: "Yo soy la Resurrección y la Vida"

Pilar Algarate 26 de Marzo de 2023

Lecturas del día: Lectura de la profecía de Ezequiel (37,12-14). Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,8-11). Evangelio según San Juan (11, 1-45).

El Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma es el de la Resurrección de Lázaro (cf. Juan 11, 1-45). Lázaro era el hermano de Marta y María; eran muy amigos de Jesús.

En el umbral de la Pascua, el relato de la resucitación de Lázaro es como un anticipo de la resurrección de Jesús. Resucitando a Lázaro, Jesús se revela como nuestra Resurrección y nuestra Vida, y nos revela que la última palabra sobre la realidad no la tienen la muerte ni el mal, sino el Padre que, por amor y fidelidad, nos resucitará a nosotros como resucitó a su Hijo Jesús.

La Palabra de Dios nos habla de muerte y de vida, pero sobre todo de esperanza; de una esperanza que se hace realidad en la Pascua de Jesús, el triunfo definitivo del Amor de Dios sobre todo mal e injusticia.

La resurrección rompe la lógica, solo ella proclama la vida, sin su horizonte solo queda la muerte. Si el Crucificado ha resucitado y vive para siempre, entonces hay justicia, porque hay sentido, razón para la esperanza. Es el gran cambio que produce el acontecimiento de Cristo, la resurrección pasa de idea y promesa, experimentada como necesidad en la historia, a vivencia real y presente. En el encuentro con Cristo resucitado se opera una revolución que no tiene vuelta atrás, la cruz ha sido justificada y ha dado la última palabra a la vida y a la verdad, frente a la mentira de lo que destruye. Los que se encuentran con Cristo ya le pertenecen y ahondan en una vida sin miedo, ni ataduras, aunque se pase por el valle de la debilidad y de lo oscuro. Mirar a Cristo es entender que su muerte nos ha liberado para la vida y que somos incorporados a Él, a su resurrección y su vida. No podemos vivir miedosos y cautivos de la muerte, pudiendo estar habitados por el que es la resurrección y la vida. Salgamos de nuestros sepulcros.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

Aquí sentimos claramente que Dios es vida y da vida, pero asume el drama de la muerte. Jesús podría haber evitado la muerte de su amigo Lázaro, pero quiso hacer suyo nuestro dolor por la muerte de nuestros seres queridos y, sobre todo, quiso mostrar el dominio de Dios sobre la muerte. En este pasaje del Evangelio vemos que la fe del hombre y la omnipotencia de Dios, el amor de Dios, se buscan y, finalmente, se encuentran. Es como un doble camino: la fe del hombre y la omnipotencia del amor de Dios se buscan y finalmente se encuentran. Lo vemos en el grito de Marta y María y todos nosotros con ellas: “¡Si hubieras estado aquí!...”. Y la respuesta de Dios no es un discurso, no, la respuesta de Dios al problema de la muerte es Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida... ¡Tened fe! En medio del llanto seguid teniendo fe, aunque la muerte parezca haber vencido. ¡Quitad la piedra de vuestro corazón! Que la Palabra de Dios devuelva la vida allí donde hay muerte”.

También hoy nos repite Jesús: “Quitad la piedra”: Dios no nos ha creado para la tumba, nos ha creado para la vida, bella, buena, alegre. Pero «por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sabiduría 2, 24), dice el libro de la Sabiduría, y Jesucristo ha venido a liberarnos de sus lazos.

Por lo tanto, estamos llamados a quitar las piedras de todo lo que sabe a muerte: por ejemplo, la hipocresía con la que vivimos la fe es la muerte; la crítica destructiva hacia los demás es la muerte; la ofensa, la calumnia, son la muerte; la marginación de los pobres es la muerte. El Señor nos pide que quitemos estas piedras de nuestros corazones, y la vida volverá a florecer a nuestro alrededor. Cristo vive, y quien lo acoge y se adhiere a Él entra en contacto con la vida. Sin Cristo, o fuera de Cristo, no sólo no hay vida, sino que se recae en la muerte.

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

1.  Qué situaciones o realidades están necesitando una especial atención y cuidado en nuestro entorno. ¿Puedo hacer algo?

2.  ¿Cuáles son las «tumbas» en las que yacen hoy tantos hermanos, que estando vivos están muertos?

3.  «Lázaro, sal fuera». ¿Cómo podríamos ser dadores de vida para otros?

4.  ¿En qué notas que la fe en Jesús es para ti fuente de vida? ¿De qué tumbas debería sacarte?

ORACIÓN

Señor, mira nuestras manos
que quieren construir
una sociedad más humana,
donde la vida de todos sea posible.

Mira nuestras manos,
que se unen para crear confianza
y más solidaridad en todo el mundo,
donde los hombres trabajan juntos.

Mira nuestras manos,
que quieren hacer posible
un tiempo libre más creativo,
que fomente las relaciones entre los jóvenes
y nos haga crecer como personas,
cada vez más cerca de Jesucristo.

Señor, estamos aquí, todos juntos,
dispuestos a abrir los ojos hacia los otros
con el deseo de hacerles llegar tu Espíritu.
El hará posible que nuestros pueblos y barrios,
tanto en el trabajo como en el tiempo libre,
aporten un lugar digno para el hombre,
que haga posible unas relaciones
fraternales y justas entre todos.

 

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