"Que quien llame a nuestra puerta se quede, al menos, con una respuesta acogedora"
9 de Junio de 2023
Como seguramente habréis leído en la Memoria Anual del año 2022, en Cáritas Madrid hemos atendido a un 20 % más de personas en situación de vulnerabilidad que en el año 2021, en total unas 120.000 personas. Las grandes cifras no siempre son motivo de alegría por el mayor trabajo realizado. Estas cifras desvelan un aumento de la desigualdad y falta de oportunidades para quienes menos tienen, lo cual debería conducirnos a la reflexión buscando qué tendríamos que cambiar en nuestra forma de vivir y relacionarnos para que esta tendencia se invirtiera. Las que sí suman en positivo son las personas voluntarias, donantes y colaboradoras que apoyan a Cáritas, cuyo aumento año tras año es motivo de alegría y agradecimiento, ya que hacen posible la misión de Cáritas de acoger y acompañar a familias que lo necesitan.
Nuestra misión y esencia tienen mucho que ver con la calidez y calidad con la que queremos acompañar a las personas, junto con el deseo que ponemos en no dejar a nadie atrás y en que nadie que llame a nuestra puerta se quede sin, al menos, una respuesta acogedora. Deseamos que sean luz para nuestra actividad las palabras del apóstol San Pablo en la carta a los Romanos:
Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaros a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás mas que a uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
(Rom. 12, 9 – 13)
La caridad que da sentido a nuestra labor es presencia del Amor de Dios entre los hombres.
El Día de Caridad, que hemos celebrado el pasado 8 de junio, ha sido la oportunidad para salir a la calle y dar a conocer la labor de Cáritas y la realidad en la que viven muchas personas de nuestro entorno. Desde estas líneas queremos daros las gracias a todos los que habéis colaborado en la celebración de esta jornada, ya sea en su cuidada y mimada preparación y ejecución, como en la generosa participación con la que habéis apoyado la propuesta.
Avanzamos en el mes de junio y se perciben las ganas del descanso veraniego normalmente asociado a las próximas vacaciones escolares. En estos momentos es inevitable la predisposición a hacer balance del curso que termina. Tanto los aciertos como los errores cometidos, los ponemos en presencia del Señor y le pedimos que sea Él quien dirija nuestra tarea y nuestro servicio a lo largo de los próximos meses.
Se avecina un verano que nos pronostican seco y caluroso. Esto nos recuerda que la ‘Casa Común’, que con tanto amor se nos ha dado, requiere de nuestro firme compromiso para que sea habitable y fructífera a largo plazo. Se trata de cuidar y de cambiar la mirada, de tomar conciencia de que nuestra forma de actuar y nuestros gestos, por pequeños que sean, tienen gran repercusión en el medio ambiente. El papa Francisco, en la encíclica Laudato Sí’, nos anima a los cristianos a “ser protectores de la obra de Dios”.
Termino recordando las palabras del cardenal Osoro quien, en la Eucaristía del Envío celebrada en el mes de mayo, nos exhortaba a ser “discípulos que llevan el Amor de Jesucristo a las otras personas, iluminando cada rincón de Madrid”.
Os deseo que descanséis y tengáis un feliz verano.
Un abrazo agradecido,