Preguntémonos ¿qué es Cáritas?

Cáritas se traduce por caridad que significa amor. Yo no soy amor, solo Dios es amor. Yo tengo un amor muy pequeño, humano, mi amor es desordenado, es decir, egoísta porque busco mi ego, voy por la vida con mi yo por delante.

Dios es amor que me ama y ama a todos por igual. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10). Dios, que es rico en amor viene a dárnoslo, a nosotros que no tenemos amor. Él que es rico en bondad viene a nosotros que somos malos, somos pecadores, para cambiar nuestro corazón. Dios es la Vida en sí mismo y ha venido a nosotros que estábamos abocados a la muerte del infierno. Y todo esto sólo porque nos ama, Dios Padre en su Hijo en el amor infinito del Espíritu Santo. 

“Quien no cree a Dios lo hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo”. (1 Jn 5, 10 b-11). Vemos cómo nuestro vivir y actuar gira en torno a Jesús Mesías, el Hijo de Dios. Él es el hombre nuevo según Dios. Somos conscientes de que sin la fe que nos une a Jesucristo seríamos cada vez más egoístas y sin salida, y esto es lo que está pasando a nuestro alrededor, sin embargo, unidos a Jesús es posible ser hombres nuevos. Por ello cada cristiano y cada cristiana, y los que trabajamos en Cáritas Madrid, por tanto, reconocemos que el día de nuestro Bautismo se encendió en nuestro corazón la Luz que cambió todo y empezamos a ser nuevos. En ese día nos unimos a Jesús y Jesús el Señor nos unió con Él, y por Él con el Padre y el Espíritu Santo, pasando a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia, y la misión de la Iglesia pasó a ser nuestra misión. Y como el amor viene de Dios, cuando amas, estás siendo amor, Cáritas y cumpliendo la misión de la Iglesia, o sea Cáritas es la Iglesia por sus miembros que aman.

Cuantos de alguna manera actuamos en Cáritas, nos mueve el amor de Dios. Todo cristiano que por la fe y el Bautismo recibió el amor de Dios en su alma, y si se mantiene en este camino, debe sentir bullir en su corazón este amor que brota de Dios y que nos mueve a amar a los demás, así entendemos que también toda la comunidad parroquial y cada persona en particular debe sentirse que es Cáritas.

Y en la perspectiva del amor a nuestro prójimo, es muy atrayente lo que nos recuerda la reciente Declaración del Dicasterio para la doctrina de la fe “Dignitas infinita” que “cada persona humana tiene una dignidad infinita”, y por tanto todo ser humano debe ser reconocido y tratado con respeto y amor. Porque ha sido creado por Dios y lleva su imagen; Jesucristo con su Encarnación se unió a cada ser humano elevando su dignidad, siendo llamado a recibir la redención; y la resurrección de Cristo nos revela la razón más alta de la dignidad humana que consiste en la unión del hombre con Dios destinada a durar por siempre. Esta dignidad individual pide respetar la libertad de cada persona, sin quebrantar sus derechos como: profesar la religión, conservar su integridad física y psíquica, tener sus bienes esenciales y su derecho a vivir, en una palabra considerar al hombre en la integridad de su ser. Amemos a todas las personas, independientemente de sus circunstancias, edad, raza, economía, ideología, enfermedad, etc. y así defenderemos su dignidad.

Estamos en Pascua, celebrando la entrada en la eternidad de Cristo resucitado de la muerte, su paso definitivo de este mundo al Padre, y la meta de nuestra vida y el fin para el que Dios nos ha creado. Es nuestra esperanza. “Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 118, 24) el Día sin ocaso, donde todo es vivir y gozar de la misma vida y gozo de Dios Padre en Cristo, con María como Madre y con cuántos esperamos poder abrazar en el amor del Espíritu Santo, siendo la Iglesia glorificada eternamente. ¡Deseemos llegar a la gloria del Cielo para disfrutar del Amor de Allí! y por eso como Jesús tenemos ahora que pasar por la cruz, en la cruz y las pruebas de lo cotidiano está nuestra vida de amor aquí.
Pascua, tiempo de alegría en el Señor, tiempo de alabanza a Dios, porque, con su amor, con su Cáritas, le amamos y nos amamos, ¡aleluya!