Practicar la justicia es vivir la coherencia para erradicar la pobreza

Presentación de la Campaña de Navidad en los arciprestazgos de Nuestra Señora de la Encarnación y de Pueblo Nuevo de Cáritas Vicaría II.

Cáritas Madrid. 26 de diciembre de 2015.- Convocados por los equipos promotores de ambas zonas, la parroquia de San Romualdo ha acogido a 43 voluntarios de Cáritas de las 11 parroquias del lugar para compartir y luego proponer en sus grupos los contenidos ofertados en los materiales de campaña de Navidad.

Si el año pasado se nos invitaba a la contemplación del Belén para tomar conciencia, ahora damos un paso más para salir de la indiferencia instalada en nuestras vidas (aunque seamos muy activistas por los demás) y dejar la forma superficial de percibir la realidad y practicar una esperanza activa. ¿Se ajusta lo que hago y soy a la justicia del Evangelio? ¿Cómo me relaciono con las gentes de mi entorno? ¿De forma ajustada o desajustada? ¿Pagan "justos" por "pecadores"?

Ya hace más de 40 años, el Sínodo de los Obispos (1971) nos decía: "El amor cristiano al prójimo y la justicia no se pueden separar. Porque el amor implica una exigencia de la justicia, es decir, el reconocimiento de la dignidad y de los derechos del prójimo...". ¿Cómo dejo mi huella en los demás? ¿La notan en su crecimiento? Estuvimos reflexionamos sobre la coherencia. Dadas las situaciones que nos llaman a la justicia no es coherente pasar por nuestros días sin dejar nuestra huella personal que puede abarcar desde una simple oración silenciosa pasando por la sonrisa al cercano y ¿por qué no llegar a la protesta y denuncia en la calle o las instituciones?

Todo este dinamismo nos configura como testigos de la Verdad que se hacen Palabra y carne. ¿Cómo puedo ser yo como Jesús, "testigo de la verdad"? ¿Mi compromiso voluntario es coherente con lo que pienso, siento y actúo en las relaciones con los demás? Estas son las actitudes y claves que queremos contar al resto de la Comunidad Cristiana y en nuestro entorno vecinal, que nos llevan a vivir unas fiestas más auténticas y humanizadoras, donde la estrella nos guíe de verdad al corazón de lo que somos y hacemos, al lugar donde el pobre de Belén se hace historia liberadora para todos, desde los que sufren y viven las ausencias de seres queridos, pues es desde ahí donde tiene sentido celebrar la Navidad y dejar huella en cada rostro humano.

Todo ello en un ambiente de colaboración: Unos colocaron el espacio y las cosas necesarias: proyector, sillas, folio de la oración. Otros ambientado el espacio con huellas de pisadas por el suelo, otros con el olor a café calentito y bollería casera recién elaborado desde los hogares.

Confraternizamos y gustamos casi "hasta la eternidad". Así vivimos y degustamos la Caridad, en la antesala de esta Navidad.