"Para que descanse un poco” Mc. 6, 30-34
Pilar Algarate 21 de Julio de 2024Lecturas del Domingo XVI del Tiempo Ordinario: Primera lectura: Jer 23, 1-6; Segunda lectura: Ef 2, 13-18; Evangelio: Mc 6, 30-34.
Lectura del Evangelio Marcos 6, 30-34
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabras del papa Francisco
El Evangelio de Marcos 6, 30-34 nos narra que los apóstoles, tras su primera misión, regresaron donde estaba Jesús y le contaron «todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado». Después de la experiencia de la misión, ciertamente entusiasta pero también agotadora, tenían necesidad de descanso. Pero esta vez la intención de Jesús no se puede realizar, porque la multitud, intuyendo el lugar solitario hacia donde se dirigía con la barca junto con sus discípulos, corrió hacia allí antes de su llegada. Eso mismo también puede suceder hoy. A veces no logramos realizar nuestros proyectos porque surge un imprevisto urgente que modifica nuestros programas y que exige parte y disponibilidad hacia las necesidades de los demás.
En estas circunstancias estamos llamados a imitar todo lo que hizo Jesús: «Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas». Observemos los tres verbos de este fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los verbos del Pastor. La mirada de Jesús no es una mirada neutra, o peor, fría o alejada, porque Jesús mira siempre con los ojos del corazón. Y su corazón es tan tierno y está tan lleno de compasión, que sabe acoger las necesidades de las personas que permanecen incluso más escondidas.
Dado que Jesús se conmovió al ver a toda aquella gente necesitada de guía y de ayuda, podríamos esperar de Él que obrara algún milagro. Sin embargo, se puso a enseñarles muchas cosas. He aquí el primer pan que el Mesías ofrece a la multitud hambrienta y perdida: el pan de la Palabra. Todos nosotros tenemos necesidad de palabras de verdad que nos guíen y que iluminen nuestro camino.
Cuando nos alejamos de Jesús y de su amor, nos perdemos y la existencia se transforma en desilusión e insatisfacción. Con Jesús al lado, se puede proceder con seguridad, se pueden superar las pruebas, avanzar en el amor hacia Dios y hacia el prójimo. Jesús se hizo don para los demás, convirtiéndose así en modelo de amor y de servicio para cada uno de nosotros.
(22 de julio de 2018)
Preguntas para la Reflexión
- ¿Cómo puedo ejercer el liderazgo compasivo en mi grupo, al igual que Jesús se compadeció de la multitud?.
- ¿De qué manera puedo equilibrar la necesidad de descanso personal con la urgencia de atender a las personas más necesitadas?.
- ¿Cómo puedo cuidar de mí mismo para poder cuidar mejor a los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús que buscaba momentos de soledad y oración?.
Oración
Padre Celestial, que nos enseñas a cuidar de tu rebaño con amor y compasión, ayúdanos a ser pastores según tu corazón. Que podamos ver a los demás con tus ojos, sentir con tu corazón y actuar con tu sabiduría. Inspíranos a buscar momentos de descanso contigo para renovar nuestras fuerzas y continuar nuestra misión con renovado vigor.
AMEN