Ojos y oídos abiertos a la realidad de los empobrecidos
Cáritas Madrid 1 de Agosto de 2017Encuentro de voluntarios de las acogidas parroquias de la zona de Canillejas en la Vicaría II
Encuentro de voluntarios de las acogidas parroquias de la zona de Canillejas en la Vicaría II.
Cáritas Madrid. 1 de agosto de 2017.- El primer paso para construir un mundo diferente, es mirar desde la mirada de Jesús, conmoviéndonos ante las historias rotas de tanta gente invisible o no, que sufre la injusticia. Vivir la Caridad es estar atentos a la cambiante realidad, escuchar la desesperanza y compadecerse para poder actuar desde una acción de presencia sanadora y transformadora. Es lo que han intentado hacer en su compromiso durante estos meses, los voluntarios de Cáritas de las 4 parroquias del Arciprestazgo de Nuestra Señora de La Blanca, situado en el barrio de Canillejas. Convocados en la parroquia de San Cristóbal, tuvieron un espacio de oración compartida donde se hizo silencio para revisar los compromisos desde lo realizado en este tiempo:
Padre Bueno, Señor de la Historia, los voluntarios de Canillejas queremos seguir creciendo en nuestra cercanía y entrega a los vecinos de nuestras calles que peor lo pasan. Eso nos ayuda a crecer en nuestra Fe, a sentirnos cristianos en la Comunidad y ciudadanos que buscan el servicio desde el bien común. Tú Señor, nos muestras el camino de la Vida, nos enseñas a ser compasivos, a ser valientes de corazón. No eres un Dios ajeno a nuestra tierra, a nuestro barrio. Escuchas y ves y sufres con la vida de tus hijos. Te conmueven e indignan la opresión y la pobreza. Tu rica misericordia nos regala posibilidad y futuro a nuestros compromisos y tareas. Nos regalas la vida de Jesús, que vivió la fraternidad entre las personas y nos anima a hacer nosotros lo mismo. Queremos dejar fluir y aflorar el Reino de Dios en Canillejas, humanizando, amando.. Queremos estar dentro de las esperanzas y miedo de nuestros convecinos, compartiendo tiempos y acciones, según las fuerzas que tengamos cada uno. Hacer Comunidad Humana entre todos para ser ojos y oídos que no se cierran a su propia carne, a nuestros hábitos rutinarios y comodidades, aunque hagamos muchas cosas por los demás. Esa es nuestra identidad y nuestra pertenencia a nuestra pequeña Iglesia local y nuestra humilde aportación a esa anhelada sociedad más abierta y acogedora de la realidad humana.