Nuestra puerta de entrada
Cáritas Madrid 10 de Junio de 2016Como es la acogida en la parroquia San Eulogio de Vallecas, en Cáritas Vicaría IV.
Como es la acogida en la parroquia San Eulogio de Vallecas de Cáritas Vicaría IV.
Cáritas Madrid. 10 de junio de 2016.- La acogida parroquial es la primera puerta que atraviesan las personas que acuden a Cáritas. En nuestras Parroquias, tenemos la acogida para tratar de dar respuesta a las personas necesitadas que hay en cada barrio en nombre de la comunidad cristiana.
Para tratar de explicar qué se hace en una acogida parroquial nos hemos acercado a la parroquia de San Eulogio, en Villa de Vallecas, que pertenece a la Vicaría IV de Cáritas.
Allí, nos han recibido con los brazos abiertos y mucho cariño Rufino García Antón, párroco de San Eulogio, dónde lleva más de cuarenta años, y Marisa, voluntaria de Cáritas en dicha parroquia desde hace veinticinco años, que se ocupa de la acogida. En la sala de espera para la acogida había muchas personas, sobre todo mujeres, esperando a ser atendidas.
Nos cuenta Marisa que antes vivía en Vallecas pero que ahora vive en Cercedilla y que aún así sigue viniendo a la acogida todos los miércoles de 15:30 a 19:00 horas. Es algo que la llena mucho y se nota, que, en sus palabras. “la tiene muy enganchada, no lo puede dejar”.
Marisa habla de la acogida con mucho sentimiento y emoción, conoce a muchas de las personas que se acercan a la parroquia en busca de ayuda desde hace muchos años y las tiene mucho cariño.
Cada miércoles se acercan a San Eulogio unas treinta familias (se repiten las mismas personas cada quince días y a veces se suman nuevas familias). Últimamente también se han acercado en busca de trabajo varias familias venezolanas que han tenido que dejar su país.
Las familias que se acercan a la acogida suelen carecer de recursos básicos para vivir. Piden alimentos, medicamentos, algo de dinero para necesidades urgentes, etc. A veces algunas de las mujeres que se acercan están enfermas, o sus maridos son toxicómanos o tienen problemas con la bebida. La mayoría no llega a fin de mes sin ayuda, tienen muchas necesidades, sobre todo teniendo en cuenta que las familias normalmente son extensas.
En la acogida se han atendido todo tipo de casos, como por ejemplo el de Mercedes, quien tuvo que dejar su casa por un desahucio y ahora vive en un pueblo de la sierra de Madrid en casa de unos amigos. Con 300 euros al mes y dos niñas pequeñas su situación es crítica. A veces la parroquia colabora de forma puntual con ayudas económicas para que una familia pueda comer, pagar la luz, etc.
Existe en la parroquia un buzón solidario para ayudas de emergencia, como puede ser la compra de un bono transporte, de medicinas y cosas por el estilo. Es lo que Carmen, que acude regularmente a la acogida, llama los “remedios”.
La actuación de la Parroquia está perfectamente coordinada con Cáritas. Así, hay una reunión mensual de todas las acogidas de todas las Parroquias de este Arciprestazgo, San Pedro Ad Vincula. La acogida parroquial canaliza ayudas a través del SOIE, del SOIVI, en materia de alimentos (en la última campaña se repartieron 11.000 kilos en la parroquia), asuntos jurídicos, etc.
Una vez al mes, la Parroquia lleva a cabo la operación kilo, que también se hace en los colegios en Navidad.
Colaboran también con la Parroquia dos pediatras del hospital Infanta Leonor, para ayudar a paliar la obesidad infantil. Con este objetivo, los miércoles la parroquia recibe y reparte fruta entre las familias
Resalta Rufino que las personas que acuden a la acogida se sienten acompañadas, atendidas, escuchadas, con independencia de su religión o condición social. Continúa Rufino diciendo que la gente es muy solidaria y cuantas más necesidades tiene más solidaria es, porque se da cuenta de las necesidades de los demás. Marisa subraya la importancia de escuchar a las personas, de reconfortarlas. Muchas se desahogan en la acogida, lloran, comparten sus problemas y luego se van con otra cara, con otros ojos, viendo las cosas de forma menos oscura. En la acogida se hace un poco de psicólogo y otro poco de confesor también. Es fundamental dar confianza a las personas para que se sientan de verdad comprendidas.
Muchas veces, personas que fueron atendidas en la acogida vienen a la parroquia para contar que han encontrado trabajo. Eso es la mayor alegría que pueden dar.
En San Eulogio, en particular, y en villa de Vallecas en general todo el mundo conoce y quiere a Rufino y a Marisa, que siempre están pendientes de las necesidades de los demás, especialmente de los más necesitados y ayudan de corazón, desinteresadamente y con una entrega ejemplar a todas las personas que se acercan a su acogida.