Nos preparamos para celebrar el Corpus Christi, Día de Caridad

Cáritas Madrid 14 de Junio de 2019

Se acerca la recta final en la preparación del Corpus Christi, Día de Caridad; festividad especial para la familia de Cáritas Diocesana de Madrid, que el próximo día 20 salimos a la calle con 533 mesas de cuestación para contar nuestros proyectos y servicios y escuchar las propuestas de la sociedad.

Se acerca la recta final en la preparación del Corpus Christi, Día de Caridad; festividad especial para la familia de Cáritas Diocesana de Madrid, que el próximo día 20 salimos a la calle con 533 mesas de cuestación para contar nuestros proyectos y servicios y escuchar las propuestas de la sociedad.

 

Cáritas Madrid. 14 de junio de 2019- Unos días antes del día de Corpus Christi, Día de Caridad, alrededor de 160 personas entre voluntarios, sacerdotes, personas consagradas y personal de Cáritas Vicaría I se reunieron para celebrar el esfuerzo y la entrega que hemos compartido a lo largo del año desde todos los rincones de nuestros arciprestazgos para construir un mundo mejor.
 
Aunque éramos muchos sólo estaba un pedacito de nuestra Vicaría, una representación de todos los hombres y mujeres que han estado estos meses acogiendo a los que se acercaban a las Cáritas parroquiales, participando en los múltiples talleres que ofrecen formación a quienes lo necesitan, en los Centros Educacionales de Menores, en ludotecas, atendiendo a los que siguen buscando un empleo o una vivienda digna, a los mayores que necesitan compañía, a las mujeres maltratadas,… y a todos los que llaman a nuestra puerta para pedir consuelo y ayuda.
 
Durante la Eucaristía ofrecimos a Dios nuestro trabajo en algunas de las líneas de programación de Cáritas Madrid: Trabajo con mayores, jóvenes,refugiados y cuidado la Creación.
 
En este encuentro no es un cierre de curso. Es un paso más en nuestro compromiso para este verano seguir ayudando a construir el Reino de Dios, saliendo de nosotros mismos para ir al encuentro de los otros, con nuestros defectos y todos los talentos que se nos han otorgado gratuitamente. Y lo hacemos en familia, colaborando los unos con los otros, orando juntos y creciendo espiritualmente con toda la riqueza que el prójimo va dejando en nuestro corazón.
 

 

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