Nos formamos para acoger y ayudar lo mejor posible a las personas migrantes

Cáritas Madrid 16 de Noviembre de 2018

Charla jurídica sobre derechos de las personas migrantes en Cáritas Vicaría VIII

 

Charla jurídica sobre derechos de las personas migrantes en Cáritas Vicaría VIII.


Cáritas Madrid. 16 de noviembre de  2018.- En Cáritas Vicaría VIII hemos compartido en 2 sesiones una formación sobre el acceso a los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Estas sesiones se han desarrollado en la parroquia de Ntra. Sra. del Espino.


En nuestra vicaría, alrededor de un 70% de familias atendidas en el curso 17/18 son personas migrantes. Este porcentaje ha ido creciendo en los 3 últimos años. De estas familias, alrededor del 25% están en una situación administrativa irregular, dato que se está incrementando y que nos preocupa, ya que las sitúa en una realidad complicada de cara a que sean reconocidas con dignidad y tengan oportunidades para salir adelante.


Nos enfrentamos a una realidad cambiante y, para poder atenderla, necesitamos reflexionar a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y formarnos en cuestiones más prácticas que nos ayuden a orientarnos y a orientar a las personas.


Para la primera sesión, contamos con la colaboración de Paco Aperador del Departamento de Migraciones de Cáritas Española, que nos guio en una interesante reflexión desde diferentes puntos de vista (Iglesia, sociedad y ámbito jurídico) sobre el acceso a los derechos de las personas migrantes.


La segunda sesión corrió a cargo de Mai Rodríguez, del Programa de Hospitalidad de Pueblos Unidos, que incidió en concreto en la situación de las personas solicitantes de asilo. Nos brindó, además de conocimientos en cuanto a los trámites y pasos del proceso, una visión cercana de la compleja y desalentadora realidad de la situación que viven estas personas.


Hemos sido 40 personas las que acudimos a esta formación con autentico interés por seguir ampliando conocimientos que nos permitan acoger y ayudar lo mejor posible a tantas personas que buscan poder vivir en nuestro país pues, en numerosas ocasiones, en los suyos apenas pueden sobrevivir o simplemente no morir.


A todos nos quedaron preguntas que nos interpelan y que nos harán crecer: ¿cómo estamos acogiendo como sociedad a estas personas? ¿estamos siendo realmente los cristianos reflejo de la acogida que el mismo Jesús nos enseña? ¿reconocemos en la persona migrante a nuestro hermano? ¿qué podemos hacer para que se sientan protegidos frente a la vulneración de derechos?... Nos queda mucho camino por recorrer y muchos compromisos que asumir como comunidad cristiana, ya que las soluciones pasan por un compromiso real y compartido desde nuestra Fe.

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