Monseñor José Cobo creado cardenal

Pilar Algarate 30 de Septiembre de 2023

El papa Francisco ha dicho a los neocardenales "Sean la armonía que representa la sinodalidad de la Iglesia"

Este sábado por la mañana se ha celebrado el Consistorio Ordinario Público para la creación de 21 nuevos cardenales, 18 de ellos electores y 3 no electores, presidido por el papa Francisco, en la plaza de San Pedro.

En la homilía del Consistorio celebrado en la plaza de San Pedro iluminada por un cálido sol de finales de septiembre, donde, entre unos 12.000 fieles, destacan los birretes rojos de todo el mundo, el Papa subrayó las distintas procedencias de sus más estrechos colaboradores recordando la imagen de una orquesta.

Para Francisco, "el carácter sinodal de la Iglesia" es como una sinfonía, en la que cada instrumento brinda su propia contribución, "a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto". Pero "la diversidad es necesaria, es indispensable", aunque si, explica el Papa, "cada sonido debe contribuir al proyecto común", y por eso "es fundamental la escucha recíproca. Cada músico debe escuchar a los demás". Mientras que " el director de la orquesta está al servicio de esta especie de milagro que representa cada ejecución de una sinfonía", a él le corresponde "escuchar más que todos los demás" y "ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar la fidelidad creativa, la fidelidad a la obra que se está ejecutando". Y es precisamente la imagen de la orquesta la que enseña "mejor a ser Iglesia sinfónica y sinodal", y por eso Francisco la propone al Colegio Cardenalicio, "en la reconfortante confianza de que tenemos como maestro al Espíritu Santo, maestro interior de cada uno y maestro del caminar juntos", que "crea la variedad y la unidad" y que "es la misma armonía".

Ser evangelizadores, evangelizados y no funcionarios

El Papa cita varias veces el pasaje evangélico que habla del "bautismo del Espíritu Santo", del don del Evangelio recibido en varias lenguas, que debe suscitar asombro y gratitud por la Buena Noticia que nos ha llegado "en nuestras lenguas, a través de los labios y los gestos de nuestros abuelos y de nuestros padres, de los catequistas, de los sacerdotes, de los religiosos", transmitida también "en dialecto, por las madres y las abuelas".

Somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe. Evangelizados, evangelizadores y no funcionarios.

Al final de su alocución, Francisco creó y proclamó a los nuevos cardenales, pronunciando sus nombres, y después les invitó a profesar su fe en Dios y su fidelidad a la Iglesia. "Prometo y juro, de hoy en adelante y mientras yo viva, permanecer fiel a Cristo ya su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana..." a continuación, inclinándose ante el Papa, uno a uno, recibieron el birrete cardenalicio. A partir de este momento, el Colegio Cardenalicio se amplía a 242 cardenales, de los cuales 137 son electores y 105 no electores.

Entrevista a monseñor José Cobo en Vatican News

Ayer, monseñor José Cobo, arzobispo de Madrid, estuvo en el programa Estudio 9 de Vatican News donde habló de algunas de estas cuestiones: sobre la realidad y los retos de la Iglesia en la archidiócesis de Madrid, del significado de ser miembro del Colegio Cardenalicio y el fenómeno migratorio

Abriéndonos a un nuevo comienzo

El arzobispo de Madrid, refiriéndose a la realidad de la Iglesia en la capital española, dijo que consideraba a Madrid su casa, donde fue acogido en la fe y en su ministerio episcopal. Además, aclaró que ve su misión pastoral como “una continuación” de lo que se ha desarrollado en la Archidiócesis de Madrid, sobre todo, “detectando las grandes llamadas que hace la ciudad ahora mismo y ver como la Iglesia se tiene que situar ante ella”.

“Yo creo que hay como tres llamadas fundamentales por dónde vamos a empezar a caminar. Primero, generar actitud de caminar juntos. No simplemente proyectos. Yo siempre digo, no vamos a decir lo que tenemos que hacer, sino primero vamos a tener la necesidad de caminar juntos. Este año, hemos dicho, vamos a trabajar un poco la identidad de los laicos, pero no con proyectos, sino tenemos la necesidad de sentir que todos somos llamados por Dios. La segunda, es cómo vamos tomando conciencia de ser diócesis. Yo creo que es muy importante en una diócesis tan grande, con tanta diversidad y tanta riqueza, y creo que tenemos que buscar puntos de identidad en común. Y el tercero, pues cómo damos respuesta a los grandes retos de la migración, a los grandes retos de la pobreza, a los grandes retos de la misericordia, en definitiva, que es lo que tiene Madrid y qué es la carta de identidad de la Iglesia en nuestro tiempo”.

Mirar a la Iglesia desde Roma y desde la mirada de Pedro

Asimismo, don José Cobo Cano enfatizó que su elección como cardenal es un llamado a una visión global que tenga en cuenta no sólo nuestras identidades específicas, sino que también constate que la Iglesia es universal.

“Pues, primero susto. Estaba en un pueblo muy pequeño para celebrar la primera Eucaristía como Arzobispo y cuando me lo dicen, pues no sabía por dónde iba, pero después, cuando vamos tomando un poco de viento, creo que supone el tener una mira muy global de la Iglesia y una mirada, si cabe más cerca del Santo Padre, es decir, aprender a mirar la Iglesia no simplemente desde Madrid sino mirar la Iglesia también desde Roma y desde la mirada de Pedro. Y eso es lo que también puedo aportar, puedo aportar a Madrid, no simplemente mirar nuestras identidades particulares sino hacer el esfuerzo de mirar que la Iglesia siempre es un pueblo mucho más grande”.

Afrontar el fenómeno migratorio con humanidad

El Arzobispo de Madrid señaló que uno de los desafíos que la Iglesia tiene que afrontar en nuestro tiempo es el de la migración. Un fenómeno que afecta a Europa, en general, y a España, en particular. Un fenómeno que no se podrá resolver si no se acoge desde la humanidad y si no se toman decisiones políticas globales con responsabilidades globales, de acuerdo a las posibilidades de cada país.

“El Papa lo dejo claro en Marsella totalmente. Primero, creo que tenemos que afrontar el acontecimiento, más que un problema, como un fenómeno, o sea, la migración se ha venido para quedar, Europa no se va a entender si la migración, está en la raíz de nuestro tiempo. En segundo lugar, una vez que es un fenómeno nuevo, llamar a coger el fenómeno desde la humanidad, no desde el número ni de intereses de países. Cuando vienen, vienen personas y vienen personas con situaciones muy complicadas y, ya que hemos asumido una sociedad global, asumamos la responsabilidad de forma global, no podemos asumir políticas globales y luego responsabilidades parciales, si tenemos un mundo global, tenemos un mundo global para todo. Creo que ahora mismo los grandes retos que tenemos por delante es normalizar y asegurar que las vías migratorias no sean utilizadas, que haya una seguridad migratoria. También ver las necesidades y las posibilidades de cada país. Y finalmente, contemplar la humanidad de la migración dentro de nuestras políticas y dentro de nuestras decisiones”.

La misión de la Iglesia es ponerle alma al mundo

En este sentido, Don José Cobo indicó que la misión de la Iglesia para nuestro tiempo es que sea un lugar donde cabemos todos, todos, todos, respondiendo a la llamada de Dios; es decir, un lugar donde la gente de hoy encuentre esperanza y se encuentre con un Dios de la misericordia.

“Creo que la primera misión de la Iglesia es descubrir que la identidad de la Iglesia está ahí, en la misión. No en cómo somos, ni en cómo nos organizamos, sino que nuestra identidad, la Iglesia es misionera, eso supone que nuestra identidad está en que nos está pidiendo Dios para anunciar y eso lo tiene que recolocar todo. La misión, decía el Papa en Evangelii Gaudium, no está en sí, nos llevamos bien, si nos llevamos mal, si somos de una fracción o de otra, sino como respondemos juntos a la llamada que Dios tiene, donde caben todos y ahí estamos en todos, todos, todos, está ahí, en la misión. Luego, la Iglesia en esa misión tiene el gran reto de poner alma al mundo, para que estamos, para dar esperanza y hablar de Dios a nuestro mundo, pero no teóricamente. Lo que la Iglesia necesita es que allí donde haya Iglesia, que haya Iglesia en todos los rincones del mundo, que allí donde haya Iglesia, la gente de alrededor encuentre esperanza y se encuentre con un Dios de la misericordia, esa es la misión que tiene ahora”.

Creado cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid
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