Que sea mi vida la sal que sala, la luz que brilla, la esperanza que alumbra
17 de Marzo de 2025“Que sea mi vida la sal, que sea mi vida la luz, sal que sala, luz que brilla, sal y fuego es Jesús…”, es lo que se oye cuando entramos en la parroquia Santa Soledad Torres Acosta. Son las voces al unísono de los niños y niñas de catequesis que inician la clase con una oración cantada; los acompaña con acordes de guitarra el catequista.
En la iglesia casi en penumbra, hoy el grupo recibe al equipo de Sensibilización de Cáritas Vicaría VIII que se acerca como testigo silencioso de eso que habla la canción que acaban de cantar, de ofrecer luz para la esperanza, de eso saben en Cáritas Madrid porque es la ‘mano tendida’ de la Iglesia que evangeliza con obras de amor.
Pero esta tarde los niños y niñas no van a escuchar, van a contar ellos qué saben de Cáritas Madrid: “es solidaridad, caridad, ayuda, empatía, escucha, fraternidad, consuelo, cariño, calidez, acogida, luz, entrega, puerta abierta, esperanza…”, responden con entusiasmo.
Cuentan que a Cáritas vienen personas que no pueden ducharse con agua caliente ni encender la calefacción porque saben que se les va a ayudar a abonar la luz o el gas. Incluso, dicen, hay quienes no pueden pagar unas gafas o medicinas o los libros del colegio de sus hijos. Es parte de la ayuda puntual que ofrece la Cáritas parroquial para cubrir necesidades básicas.
También saben que hay familias que acuden en busca de abogados voluntarios que les orienten con los contratos de alquiler. O familias recién llegadas de otros países se acercan a preguntar cómo empadronarse, buscar un colegio a sus hijos o conseguir tarjeta sanitaria.
Otro de los niños explica también la importancia de reciclar ropa y echarla al contenedor de la puerta de la parroquia, porque el Papa ha dicho que tenemos que cuidar el planeta, y además las personas desempleadas encuentran un trabajo en la recogida de esta ropa o en su venta en las tiendas de Moda-re.
Se habla también de la DANA de Valencia, porque algunos de sus padres han enviado dinero, y otra niña dice que un familiar es voluntario de Cáritas en la zona donde ha atendido a personas tristes y desoladas con ayudas para sus negocios, el trasporte, arreglar la casa, comprar un colchón y muebles…
En esta ocasión niños y niñas dan una lección: sí saben que Cáritas Madrid escucha, consuela, facilita, orienta o a veces, soluciona. En total han sido 6 grupos de catequesis los que nos han abierto la puerta a Cáritas Madrid.
Esta “ha sido una semana maravillosa”, comentan desde el equipo de Sensibilización de Cáritas Vicaría VIII para quienes “es una suerte que año tras año nos reciban estos niños entusiasmados e ilusionados, y motivados por sus catequistas”.