Lourdes y Carlos: el voluntariado que aproxima y rompe estereotipos

27 de Diciembre de 2022
Más de 180 personas ucranianas pasaron unos días de vacaciones en A Capela (A Coruña) organizadas por Cáritas Madrid para facilitar a las familias un tiempo de respiro y poder disfrutar del verano. Entre mamás y sus hijos, 186 personas descansaron en el poblado del Eume, en viviendas cedidas por la Fundación Naturgy, y participaron en diferentes actividades lúdicas y educativas en plena naturaleza: talleres para los más pequeños, clases de español, salidas a la piscina, a la playa, senderismo…

Durante julio y agosto las familias disfrutaron de un período de vacaciones en turnos quincenales, acompañadas de un equipo de educadores y personas voluntarias, a las que se añadieron Lourdes y Carlos, vecinos del poblado del Eume, una joven pareja con la que charlaron este verano Pilar Algárate, la secretaria general de Cáritas Madrid, junto a Cristina Benito, del departamento de Transformación e Innovación, y Covadonga Fernández, del proyecto «Nazaria baja a la calle».

Carlos les contaba que «todo surgió naturalmente, ayudamos en todo lo que pudimos, con mucho cariño, nos presentamos y dijimos: lo que necesitéis, aquí estamos, vivimos aquí al lado». Empezaron recomendando rutas de senderismo y acabaron convirtiéndose en voluntarios de Cáritas Madrid. Aunque Lourdes y Carlos llevan viviendo en la zona de A Capela más de seis años, reconocen que no se relacionan mucho con los vecinos, porque no es una zona muy poblada y las viviendas son unifamiliares.

«Pero la relación con las familias ucranianas era algo especial, más emocional, como que se desarrollan lazos mucho más heavys», les contaba Carlos, reconociendo que lo más importante de esta experiencia es lo equivocado que estaba al pensar que las personas de Ucrania eran frías, que rehuían el contacto y preferían la distancia; en definitiva, el estereotipo de la gente eslava, y no es así, «son personas alegres, muy cariñosas, los niños te abrazan». «Son muy educados —cuenta Lourdes—, y muy, muy agradecidos». Ponen como ejemplo la anécdota de los 36 huevos de las gallinas del padre de Lourdes que regalaron el primer día a las familias recién llegadas, pensando en que pudieran hacerse unas tortillas, pero, en vez de utilizarse para tortillas, los huevos se repartieron entre las familias que les daban las gracias efusivamente por haber recibido ¡un huevo! «No son latinos, no son de dar abrazos, son otra cultura. El último día del primer grupo de familias, Lourdes hizo unas rosquillas típicas de la zona, y nosotros les dábamos un abrazo de despedida que les resultaba extraño, pero, al final, acabamos todos riéndonos y abrazándonos». La pareja reconoce que se ha roto el estereotipo en pedazos: «Son muy cariñosos, sentimentales, agradecidos, divertidos y hospitalarios, no tienen nada y te ofrecen sinceramente lo poco que tienen».

Lourdes y Carlos llevan años sin ir a Madrid y hasta este verano ni se les pasaba por la cabeza venir, pero ahora quieren hacerlo para visitar a las familias ucranianas con las que han establecido una relación de amistad y cariño. El próximo Encuentro de Familias que organice Cáritas Madrid puede ser la oportunidad de Lourdes y Carlos para reencontrarse con ellas, aunque ojalá que el conflicto bélico se solucione pronto y estas familias puedan volver a su país y a su vida con los suyos, con el bonito recuerdo de los días pasados en A Capela.

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Revista Compromiso Solidario, diciembre 2022
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