Laura, un amor que inspira

2 de Enero de 2023

"Hay momentos en los que se puede irradiar luz y proyectarla para iluminar la vida de las personas"

Laura Menéndez es educadora social de Cáritas Madrid y trabaja con un grupo de jóvenes en la Vicaría V. Laura es una mujer luminosa; su mirada, su sonrisa, su lenguaje corporal, todo en ella desprende luz, es una inagotable fuente de inspiración. Uno de sus lemas es «si crees, creas»; reconoce que todos tenemos una luz dentro, cada uno con una intensidad, y que hay momentos en los que se puede irradiar esa luz y proyectarla para iluminar la vida de las personas. Ella es así en su día a día y en su trabajo con los jóvenes, dice tener suerte con una vocación que para ella es una forma de vida y, aunque a veces la luz se atenúa porque el mundo es demasiado hostil, la mirada de la misericordia le ayuda a que vuelva a resplandecer.

Como buena educadora social, reconoce ser idealista; sueña con que las personas estén juntas, con que puedan iluminarse unas a otras y ser capaces de cambiar el mundo. Dice que son enseñanzas que le han ido aportando diferentes personas a lo largo de su vida y que las aplica sea donde sea. Desde que era adolescente, Laura tenía una vocación clara: se veía ayudando a las personas e hizo el grado de Integración Social para revestir esa vocación. El punto de inflexión fue su entrada en Cáritas Madrid hace ya seis años, donde empezó a trabajar con jóvenes. Reconoce que una mirada limpia y no juzgar le ayuda a conectar mejor con ellos Laura, un amor que inspira y a acompañarlos pase lo que pase y sea como sea. Lo que más le gusta de los jóvenes es la mirada con la que la miran a ella, una mezcla de amor y curiosidad, como si se preguntaran ¿esta tía por qué sigue aquí? Sucede sobre todo cuando dan un paso adelante y cuatro atrás, y Laura ni se fustiga ni los fustiga.

Lo que le gusta menos son los estereotipos asociados a los jóvenes, lo de que no se comprometen, que son inestables, que lo tienen difícil…, porque algunos los asumen para no complicarse la vida y tirar la toalla. Su trabajo es acompañarlos y facilitar un espacio común, pero son ellos los que tienen que tirar hacia delante y, cuando no juzgas y no te enfadas, ellos confían y, como confían, vinculan y, si vinculan, se comprometen. Su tarea principal es acompañar al voluntariado joven y comprometerlo para que puedan convertirse en agentes de cambio y sean buenos referentes para los menores de su barrio. Son ellos los que tienen que abrir las puertas de la parroquia para que otros niños vayan a jugar, para que estén y se sientan seguros. Laura los llama la cantera, son el futuro y hay que invertir en ellos, porque faltan factores de protección en los barrios y, aunque en muchos casos vienen rotos o rebotados del sistema educativo, en todos los casos encuentran en la luz y en el amor de Laura la fuente de inspiración para trabajar por un mundo mejor.

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Revista Compromiso Solidario, diciembre 2022
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