Las hermanas Hermila, Candelaria e Irasema triplican su ayuda en un mes

Cáritas Madrid 25 de Mayo de 2020

Las tres religiosas, Misioneras Catequistas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, coordinan el Centro de Cáritas Diocesana de Madrid en la zona de Buitrago. Con la ayuda de nuevos voluntarios atienden ya a más de 130 familias

 

Las tres religiosas, Misioneras Catequistas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, coordinan el Centro de Cáritas Diocesana de Madrid en la zona de Buitrago. Con la ayuda de nuevos voluntarios atienden ya a más de 130 familias.



 

Cáritas Madrid. 25 de mayo de 2020.-  Las familias que acuden a Cáritas Diocesana de Madrid se han triplicado en el último mes. Así lo han experimentado tres religiosas de la Comunidad de Misioneras Catequistas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, Hermila, Irasema y Candelaria que coordinan, desde el Centro de Cáritas Madrid en Buitrago de Lozoya, la ayuda a las familias de la Sierra Norte de Madrid afectadas por el paso del coronavirus. Por su edad, bien podrían estar en casa resguardadas del Covid-19, pero, desde que se declaró el estado de alarma y muchos de los voluntarios se confinaron en sus casas por ser población de riesgo, estas tres hermanas no han dejado de sumar familias a las que prestan ayuda, gracias a la colaboración de un grupo de voluntarios jóvenes que se han unido a su causa.

Hace un mes, las hermanas estaban atendiendo a cerca de 50 familias en situación de necesidad por la emergencia del coronavirus. Son familias con trabajos temporales, procedentes de la economía sumergida o afectadas por los despidos o los ERTES. En poco más de un mes, la demanda se ha triplicado.

 

Todos los días las religiosas organizan las tareas: hacen la lista de la compra de los alimentos y productos de farmacia, compran y entregan, con los voluntarios, los encargos en los domicilios y también hacen llegar a las familias que lo necesitan material escolar (bolígrafos, lápices de colores, cuadernos) para los niños, y les imprimen deberes escolares, ya que por carecer de ordenador e impresora, les es imposible hacerlo; ahora esta tarea la realizan en colaboración con los Servicios Sociales de la zona que han dado tarjetas de móviles a las familias más necesitadas.

 

Además, la hermana Candelaria se pone a diario en contacto telefónico con las personas mayores de la zona. A ella le cuentan cómo se encuentran y conversan sobre lo que les preocupa, sobre lo que hacen en el día, si mantienen contacto con su familia, etc.

 

 

 

 

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