LA SATISFACCIÓN DE HACER LAS COSAS CON SENTIDO
Cáritas Madrid 12 de Marzo de 2014Dos voluntarias del Proyecto de Refuerzo Educativo de Menores de las Viviendas de Integración Social "Sínodo 2005" nos cuentan su experiencia. Es un proyecto que se realiza en colaboración con el Programa CaixaProinfancia de Obra Social “la Caixa”.
Dos voluntarias del Proyecto de Refuerzo Educativo de Menores de las Viviendas de Integración Social "Sínodo 2005" nos cuentan su experiencia, cómo lo viven, lo que aportan a los niños...
Es un proyecto que se realiza en colaboración con el Programa CaixaProinfancia de Obra Social “la Caixa”.
Palabras de Inés cuando le preguntamos cómo resumiría su experiencia:
La algarabía que se forma cada tarde en las salas del proyecto es considerable. ¡No se puede esperar menos de unos treinta chavales! Divididos por edades, desde pequeñines de 3 años hasta adolescentes, comparten la merienda, el momento del aseo, los deberes y el recreo.
Desde que me planteé ser voluntaria tuve claro que quería trabajar con niños. Me fascina la potencialidad que encierran, me divierto con ellos y soy bien consciente de que una infancia feliz es la mejor base para el futuro adulto. “Hay que conseguir que se sepan importantes”, nos han dicho alguna vez en el centro. Y a eso nos dedicamos los voluntarios que aquí trabajamos, cada uno según sus capacidades y con la misma enorme dosis de ilusión.
Inculcarles nociones de urbanidad e higiene y ayudarles con los deberes o facilitarles su momento de esparcimiento está muy bien, pero nuestra labor va más allá. Queremos fomentar en ellos el afán de superación, la autoestima, la responsabilidad, el respeto hacia el otro, el valor de la amistad... Todo un bagaje de recursos que, cuando abandonen el centro, les ayuden a ser ciudadanos integrados y responsables. Pero, sobre todo, personas felices, los verdaderos dueños de su futuro.
Los chavales lo agradecen a su modo, bien sea dedicándote un dibujo, comentándote con orgullo que el profe les felicitó por un tema con el que le habías ayudado o dándote un abrazo cuando hace tiempo que no te ven. Estos pequeños gestos te indican que tu labor merece la pena. Aunque algunos son más directos. Cuando al finalizar el pasado curso le preguntamos a uno de los más pequeños si le había gustado la experiencia, su respuesta fue categórica: “¡Quiero contratarlo para el año que viene!”.
Palabras de Ana cuando le preguntamos cómo resumiría su experiencia:
Ir cada miércoles a compartir unas horas de mi tiempo con “mis niños” es la mayor gratificación que puedo tener. Da lo mismo que hayas tenido un mal día, que estés estresada o te encuentres cansada. Es llegar allí y se me pone una sonrisa en la cara que ya no me quito en toda la tarde. Ver la alegría de los niños cuando llegas, cuando te empiezan a contar lo que les ha pasado ese día, cuando te dan la mano o quieren que les cojas…no tiene precio.
Saber que estás formando parte de un proyecto como el de Refuerzo Educativo te hace sentir orgullosa, te sientes parte de una gran familia. Entre los voluntarios y coordinadores la colaboración es total. Todos aportamos ideas para que cada tarde los niños aprendan rutinas, jueguen y se sientan apoyados y queridos por nosotros.
¿Por qué deberías hacerte voluntario?
Porque las horas que dediques a nuestro proyecto serán tan agradables, divertidas, lúdicas y te compensarán tanto, que ya no encontrarás excusa para no hacerlo.