La ruta del Bokata

Cáritas Madrid 4 de Diciembre de 2018

Bajo el paraguas de la campaña “Nadie sin Hogar”, se ha presentado en el Arciprestazgo de San Matías la Operación Bokata apoyado por Cáritas Vicaría I

Cáritas Madrid. 4 de diciembre de 2018.- Bajo el paraguas de la campaña “Nadie sin Hogar”, se ha presentado en el Arciprestazgo de San Matías la Operación Bokata apoyado por Cáritas Vicaría I.

 

Mª Carmen, voluntaria de la Asociación Bokata, nos ha contado en qué consiste su labor y ha compartido con nosotros su testimonio.

 

Arranca así este viaje.

Como cada miércoles, comienza el recorrido a las 20:30 H. Azca, Chamartín, Orense, Avenida de América… son las paradas donde se reparten los bokatas a los “sin hogar”. Mª Carmen lo lleva haciendo ya muchos años, empezó en 2002 y según ella misma comenta, “probablemente es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.”

 

Pero el trabajo empieza un día antes. Aunque es un decir porque “esto no termina nunca,” nos dice. El martes es el día que recoge el embutido y el queso en la charcutería para montarlo al día siguiente. Y ya el miércoles lo lleva al colegio Madre de Dios. Allí los alumnos más mayores, en su recreo y como labor de voluntariado, preparan los 100 bokatas que se reparten por la noche. El colegio, además, colabora poniendo todo el pan necesario para los bocadillos.

 

¡Bravo por esta magnífica iniciativa!

Pero hay más. Dos restaurantes se suman a esta operación aportando comida caliente y un Rodilla de la zona cede todo lo que no ha vendido ese día. También suele haber fruta.

“¿Cómo te llamas, de dónde eres? Hay que empezar por esto. Lo más importante es que les mires. Acercarse como sea a ellos, darles conversación.” Mº Carmen nunca los llama los “sin techo” y nos dice “claro que quieren el bokata pero si ocurre que alguna noche no hay para todos, no les importa.”

 

“La mayoría viven de pedir o de los cubos de la basura y muchos acaban en el alcohol o la droga. Con los albergues a veces ocurre que están muy lejos y, bien por la distancia o por las exigencias de los propios albergues, suelen rechazar esta solución.” Y es por eso que suelen preferir la calle: no hay horarios ni exigencias.

 

Mº Carmen hace mucho hincapié en que hay que “interesarse por ellos, hablarles y eso que muchas noches ya están dormidos y metidos dentro de sus cartones, sentarse en el suelo a su lado, mirarles a los ojos...” ella nos lo repite una y otra vez. Y es que probablemente esto sea lo más importante, tanto como el bokata.

 

Hay ocasiones en que esto no acaba aquí. Y si ha sobrado algo, lo llevan donde el padre Ángel que tiene siempre las puertas abiertas y allí se reparte.

 

Acaba así una noche más, pero este viaje continúa para Mº Carmen y otros muchos que como ella hacen la ruta del bokata todos los miércoles.

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