La mayor "pobreza" es la falta de formación
Cáritas Madrid 4 de Diciembre de 2017El proyecto de menores “CEM San Cayetano”, en el barrio de la Guindalera de Cáritas Vicaría II, lleva dos meses de curso escolar, a pleno funcionamiento. Se ha realizado una sesión formativa dirigida a los monitores y organizada e impartida por los Coordinadores del propio CEM
El proyecto de menores “CEM San Cayetano”, en el barrio de la Guindalera de Cáritas Vicaría II, lleva dos meses de curso escolar, a pleno funcionamiento. Se ha realizado una sesión formativa dirigida a los monitores y organizada e impartida por los Coordinadores del propio CEM
Cáritas Madrid. 4 de diciembre de 2017.- Las tres horas de formación dieron mucho de sí. Este curso escolar 2017-2018, el CEM ha recibido muchas bendiciones, en forma de monitores, procedentes de los cursos de bachillerato de colegios de la zona, que han querido aportar su granito de arena a la atención educativa y apoyo escolar de los alumnos inscritos (actualmente, unos 35).
El CEM dispone de monitores veteranos que, año tras año, continúan colaborando como voluntarios. Pero, año tras año también, renueva su plantel de monitores jovencitos, para poder atender bien, durante 4 días en semana, la actividad en grupos de alumnos con no más de 4/5 integrantes y la atención individualizada de algún alumno en concreto, por sus circunstancias.
Ello requiere que cada año se celebre una sesión formativa de inicio, dirigida fundamentalmente a estos monitores jóvenes – pero a la que se suman cuantos voluntarios veteranos lo desean – para reflexionar sobre el papel y función que han de desempeñar en el CEM y concretar las normas de organización y funcionamiento del mismo.
En anteriores ocasiones, se tuvo la inestimable ayuda del Centro de Estudios Sociales de Caritas Madrid, para la impartición de dicha formación en el aspecto del perfil y actuación del monitor. Sin embargo, esta vez, los coordinadores del CEM – asimismo voluntarios – se han lanzado a impartir ellos la sesión formativa, apelando a su experiencia contrastada de años, al desarrollo habitual de la actividad y a su relación directa con alumnos y monitores.
La sesión comenzó con una dinámica participativa de conocimiento mutuo de los monitores, con preguntas y respuestas que debían dirigirse unos a otros, precisamente para conocerse y establecer una red de contacto personal, que facilita posteriormente su labor e integración en el CEM. El “revuelo” fue divertido, y las conclusiones tras la dinámica, satisfactorias: el CEM es un gran “árbol” donde:
- las “raíces” representan a los monitores voluntarios: personas únicas e irrepetibles, cada cual con una historia (valores, gustos, deseos …) que han de transmitir; que lo que uno no haga, queda sin hacer; y creciendo como personas – según seamos, eso transmitiremos – potenciando esas “raíces”.
-el “tronco” representa aquello que se deja para acudir a colaborar en el CEM; hay que darle valor y sentido al hecho de ser voluntario en el CEM y sentirse gratificados por ayudar.
las “ramas” son los alumnos del CEM, que crecen y florecen, partiendo de las “raíces” y el “tronco”: lo importante es que los niños crezcan, percibiendo esa transmisión de conocimientos y valores.
- la “red” que se formó, finalmente, entre los monitores, con prosaicos hilos de lana, sostenidos por unos y otros, en el juego de comentar las preguntas y respuestas que se hicieron entre ellos de manera informal, se mostró intrincada y más o menos tupida, demostrando la realidad y necesidad de esforzarse al unísono en esta labor, ante personitas que precisan absorber conocimientos y valores que conduzcan a su desarrollo integral como personas.
La sesión formativa continuó con la explicación y comentarios concretos sobre las normas de funcionamiento y organización del CEM y el detalle del perfil de actuación y comportamiento del monitor, en su trabajo con los alumnos y como voluntario de una acción social de Caritas. Los monitores recibieron documentación sobre ello e hicieron preguntas que sirvieron para esclarecer aspectos y situaciones.
Como bien dice el coordinador-cabeza de este CEM, Paco Arias, la mayor “pobreza” es la falta de formación, la ausencia de una educación firme en valores, porque, si no se tienen ambas en un mínimo aceptable, el desarrollo a futuro de las personas está en peligro y se puede caer en otras “pobrezas.
Estamos contentos por el grupo de monitores del que el CEM dispone este curso. Y sólo deseamos que, en cursos venideros, el CEM tenga los mismos o más apoyos voluntarios que hasta ahora. Es una labor que no tiene fin – siempre habrá alumnos que lo precisen – pero sí el objetivo importante de ayudar a crecer a niños y adolescentes, para su desenvolvimiento como personas íntegras y competentes en la sociedad.