La llamada de Jesús a la conversión y al seguimiento. «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos»

22 de Enero de 2023

Lecturas del día: Isaías (8,23b–9,3). Salmo 26,1.4.13-14. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,10-13.17). Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,12-23).

Celebramos un domingo marcado por el comienzo de la Semana de oración por la unidad de los cristianos y la llamada de Jesús a la conversión y al seguimiento.

En este domingo Jesús, presencia definitiva de Dios para el hombre, va a invitarnos a la conversión; una conversión que habrá de traducirse, como en el caso de los primeros discípulos, en que nos pongamos en su seguimiento.

Este seguimiento pasa por nuestra pertenencia a una comunidad, por buscar al Señor, no solo individualmente, sino también todos juntos. Este mismo mensaje nos lo transmite hoy san Pablo en la segunda lectura, cuando nos  exhorta a que «no andemos divididos».

Estamos acostumbrados a las llamadas. Desde que nacemos, las llamadas nos ayudan a crecer. Unas veces son llamadas de esperadas, queridas como puede ser la voz de la madre. Otras, especialmente cuando las calificamos, ya no son tan apetecibles. Son, por ejemplo, las "llamadas de atención". Seguimos recibiendo llamadas. También algunas no esperadas, como las del teléfono cuyo número no conocemos.

Hoy debemos poder especial atención a dos llamadas muy hondas. La primera, la de Jesús de Nazaret. Quiere que continuemos su obra. Su invitación es personal y a veces más allá de lo deseable por nosotros. Muchas veces Jesús nos llama para ir más allá de lo que nosotros queremos. Otra llamada honda y necesaria es la propuesta de la oración para la unidad de los cristianos. Los avatares históricos pueden ser superados desde y con la fe. El Espíritu, siempre susurrando, nada perceptible cuando existen otros ruidos, no sigue fortaleciendo, ayudando. Hoy estamos llamados a ser luz para todos los hombres, a trabajar unidos en un mismo pensar y sentir, incluso a sufrir por causa del Reino. Otras llamadas también necesitan ser atendidas. La tierra clama, debemos cuidar la Casa común; ante pueblos desplazados, debemos abrir nuestras casas; ante la falta de sentido de la vida, debemos transmitir alegría...

La nueva mirada que hace posible la “vuelta sobre sí” despierta en el sujeto una segunda experiencia: el deseo y la nostalgia del Bien infinito que el ser humano no puede dejar de anhelar»(27).

Nos llaman a vivir en plenitud, a trabajar la conversión, a dejar todo lo que enreda, todo lo que nos aparta de su propuesta. Nos invita a dedicarnos apasionadamente al Evangelio.

#domingo
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