La ascensión del Señor

Cáritas Madrid 2 de Junio de 2019

Lecturas del día: Hechos de los apóstoles (1,1-11). Sal 46,2-3.6-7.8-9. Carta de san Pablo a los Efesios (1,17-23). Lucas (24,46-53).

 

 

Lecturas del día: Hechos de los apóstoles (1,1-11). Sal 46,2-3.6-7.8-9. Carta de san Pablo a los Efesios (1,17-23). Lucas (24,46-53).

Cáritas Madrid. 2 de junio de 2019- Hoy celebramos la partida de Jesús al cielo. No es un momento para la tristeza, aunque lo puede parecer, ni tampoco para el desaliento. Después de aparecerse a los discípulos durante cuarenta días y confirmar que Jesús está vivo, ha resucitado, es hora de volver al Padre. Los seguidores de Jesús mantenemos firme nuestra fe y nuestra esperanza. El Espíritu del Señor llegará, está a la puerta y no nos dejará solos.

La alegría del Resucitado contagia la vida de aquellos que estuvieron con él, que han recibido la misión de con- tinuar su obra y su proyecto. Por eso, oran y esperan, el ánimo no decae porque la fuerza que iluminará de nuevo sus vidas está al llegar.

Durante el tiempo pascual hemos ido leyendo cómo Jesús resucitado mostraba su presencia viva a sus discí- pulos, aunque estos no siempre sabían reconocerle. La nueva visión de Jesús ya no es su antiguo rostro, o sus pies al caminar, o su cuerpo al descansar. Ver a Jesús implica gestos, como el pan y el vino, y esto trae consigo entrar den- tro, en lo profundo de nuestro corazón, donde se caldean las esperanzas, donde la Palabra se hace oración y el silencio descubre el Misterio.

Ver a Jesús resucitado es caminar por la novedad y la sorpresa de cambiar nuestros planes y proyectos, de salir de nuestras rutinas y comodida- des y acercarnos al mundo de los que sufren. Ver a Jesús es salir al encuen- tro de los pequeños, de los humildes en sus múltiples rostros de hombres y mujeres que siguen clamando justicia y paz en nuestro mundo. Ver a Jesús es comprometerse, hacer que las cosas cambien, posibilitar nuestro propiocambio interior, para fecundar este mundo que clama, que grita pidiendo lo que le corresponde por derecho, la posibilidad de ver a Jesús resucitado.

 

 

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