José Luis Segovia invita a confiar a las jóvenes voluntarias de Cáritas Madrid que viven una semana de encuentro en La Hiruela

Pilar Algarate 28 de Julio de 2025

Después de varios días de convivencia y voluntariado en Cercedilla, las jóvenes del campo de voluntariado de Cáritas Madrid han continuado esta semana su camino en La Hiruela. Allí han vivido una experiencia de encuentro con las personas del pueblo, de escucha mutua y de compromiso desde lo cotidiano.

Durante su estancia, han participado en actividades con los más pequeños y las personas mayores del municipio, generando espacios de juego, conversación y acompañamiento. También han colaborado con el centro arciprestal de Buitrago, ayudando en la decoración de sus instalaciones, y han disfrutado de una marcha de senderismo por los parajes naturales de la zona, fortaleciendo los vínculos del grupo y su conexión con la creación.

Una de las experiencias más especiales fue una noche de observación de estrellas junto a vecinos y vecinas del pueblo, en la que pudieron aprender sobre el firmamento y compartir historias alrededor de la contemplación del cielo.

El momento central de la semana fue la celebración de la Eucaristía el sábado, presidida por el vicario de Pastoral de la diócesis de Madrid, José Luis Segovia. A la celebración se sumaron también vecinas y vecinos de La Hiruela, así como el delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda. En su homilía, Segovia recordó la importancia de la confianza como base de toda vida compartida: "El libro del Génesis no pretende explicarnos científicamente el origen de la humanidad, sino recordamos que sin confianza en Dios y entre nosotros, se rompe la armonía de la vida". Invitó a las personas presentes a redescubrir una fe encarnada, que se vive en lo cotidiano, en la acogida mutua y en el servicio humilde.

Además, los y las jóvenes están llevando a cabo un taller de radio comunitaria, que se emite en el pueblo y donde relatan sus vivencias, reflexionan sobre lo que están aprendiendo y dan voz a personas implicadas en la vida local. Entre ellas, destaca Tomás, asociado de los Clérigos de San Viator, que compartió su testimonio sobre el compromiso con la comunidad y la importancia de una Iglesia presente en lo pequeño.

En los próximos días, el grupo vivirá también un encuentro con los y las jóvenes de la asociación Apafam, una oportunidad más para seguir construyendo puentes, compartir experiencias y derribar barreras desde el reconocimiento mutuo y la alegría compartida.

Esta experiencia de voluntariado continúa siendo, para quienes participan, un espacio donde se entrelazan la fe, el servicio y el encuentro. Como expresó una de las jóvenes: “Vinimos a servir, pero nos vamos transformadas por todo lo que hemos recibido”. 

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