"Jesús es el pan de vida" Jn 6, 24-35

Pilar Algarate 4 de Agosto de 2024

Lecturas del Domingo XVIII del Tiempo Ordinario: Primera lectura: Éxodo 16, 2-4. 12-15; Segunda lectura: Efesios 4, 17.20-24; Evangelio: Jn 6, 24-35

Lectura del Evangelio según san Juan 6, 24-35

Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?». Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?». Respondió Jesús: «La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado». Le replicaron: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.

Palabras del papa Francisco

El Evangelio de Jn 6,24-35 nos muestra algunas barcas que se dirigen hacia Cafarnaúm: la multitud está yendo a buscar a Jesús. Podríamos pensar que sea algo muy bueno, sin embargo, el Evangelio nos enseña que no basta con buscar a Dios, también hay que preguntarse por qué lo buscamos.

La gente, efectivamente, había asistido al prodigio de la multiplicación de los panes, pero no había captado el significado de aquel gesto: se había quedado en el milagro exterior y se había quedado en el pan material, solamente allí, sin ir más allá, al significado.

He aquí, una primera pregunta que podemos hacernos: ¿Por qué buscamos al Señor? ¿Por qué busco yo al Señor? ¿Cuáles son las motivaciones de mi fe, de nuestra fe? Necesitamos discernirlo porque entre las muchas tentaciones que tenemos en la vida, entre las tantas tentaciones hay una que podríamos llamar tentación idolátrica. Es la que nos impulsa a buscar a Dios para nuestro propio provecho, para resolver los problemas, para tener gracias a Él lo que no podemos conseguir por nosotros mismos, por interés. Pero así, la fe es superficial y —me permito la palabra— la fe es milagrera: buscamos a Dios para que nos alimente y luego nos olvidamos de Él cuando estamos satisfechos. En el centro de esta fe inmadura no está Dios, sino nuestras necesidades. Pienso en nuestros intereses, en tantas cosas... Es justo presentar nuestras necesidades al corazón de Dios, pero el Señor, que actúa mucho más allá de nuestras expectativas, desea vivir con nosotros ante todo en una relación de amor. Y el verdadero amor es desinteresado, es gratuito: ¡no se ama para recibir un favor a cambio! La invitación del Evangelio es ésta: en lugar de preocuparnos sólo por el pan material que nos quita el hambre, acojamos a Jesús como pan de vida y, a partir de nuestra amistad con Él, aprendamos a amarnos entre nosotros.

(1 de agosto de 2021)

Preguntas para la Reflexión

- ¿Cómo puedo buscar en mi vida diaria el “pan” que ofrece Jesús, el que satisface no solo el cuerpo sino también el alma?

-¿De qué manera la Eucaristía influye en mi relación con Dios y con los demás?

-Según el Papa Francisco, el amor de Dios se comunica a través de Jesús, el pan vivo. ¿Cómo puedo hacer más presente ese amor en mi vida?

-¿Qué acciones concretas puedo tomar para alimentar mi espíritu y fortalecer mi fe?.

Oración

Señor Jesús, Tú que eres el Pan de Vida, ayúdanos a buscar siempre no solo el alimento que perece, sino el que perdura para la vida eterna, el que Tú nos das. Que aprendamos a trabajar no por lo que satisface nuestros deseos terrenales, sino por lo que nos lleva a una vida plena en comunión contigo. Inspíranos a seguirte con fe y a reconocerte en la Eucaristía como el verdadero alimento que nos nutre y nos da fuerzas para nuestra jornada.

AMEN

#evangeliodeldía #EvangeliodeHoy
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