Javier Ojeda, nuevo delegado episcopal de Cáritas Madrid
6 de Noviembre de 2024NOS ACERCAMOS a conocer un poco más a nuestro nuevo delegado episcopal, Javier Ojeda. Cercano y risueño, sabemos de su trayectoria pegada a lo social y a las personas más necesitadas. Confiesa con humildad sentirse tímido ante los medios y el aluvión de fotos, desde que fuera nombrado delegado de Cáritas Madrid hace apenas un mes. «Verme en todos estos medios y fotos solo le habría hecho ilusión a mi madre que falleció hace dos años con más de noventa años».
Javier, comienzas el curso como nuevo delegado de Cáritas en nuestra diócesis, qué ha supuesto para ti este encargo que te ha hecho el arzobispo de Madrid?
La verdad es que todavía no salgo de la sorpresa. Hace unos meses recibí una llamada inesperada de nuestro arzobispo José Cobo; me proponía esta tarea en Cáritas Madrid. Le comenté, con honestidad, que había muchas personas en la diócesis que podrían hacer mejor este servicio porque tenían más recorrido y solvencia. También le comenté que, independientemente de lo anterior, estaba a su disposición para aquello que considerara mejor para la diócesis. Soy consciente de que esto supone un cambio importante en el ritmo de mi vida, y que supone más dedicación, pero que, por otra parte, agradezco porque me ofrece vivir esta dimensión de mi fe —la de la caridad— que tanto me ayuda y me ha ayudado a sentir más cerca al Dios en el que creo y a mis hermanos.
Un nuevo nombramiento, ¿implica una gran responsabilidad?
Los primeros días, cuando amigos y compañeros me felicitaban, yo les decía «¿por qué me felicitas? Esto es un marrón».
Es una gran responsabilidad porque, aunque me siento muy en sintonía con la diócesis y su obispo, he de tener cuidado en el hablar y el actuar para no hacerlo tanto desde mi opinión personal, sino desde lo que es el sentir de la comunidad eclesial de la diócesis de Madrid en este tema de la caridad. También es una gran responsabilidad porque supone acompañar de cerca a las personas que formamos Cáritas diocesana de Madrid para refrescar en el día a día —y no perder la perspectiva— el por quién y por qué hacemos las cosas.
¿Qué aspectos de tu trayectoria consideras más relevantes y que te van a ayudar a asumir esta función?
El lema del escudo arzobispal del padre Claret era «Charitas Christi urget nos», la caridad de Cristo nos apremia. Esta vivencia de la caridad, de la misión, que he aprendido de y con mis hermanos claretianos a lo largo de tantos años, es lo que me ha ayudado a dibujar el estilo de vida con el que he querido afrontar mi tarea evangelizadora en los distintos ámbitos de mi vida: en los colegios ayudando a educar en valores, en justicia y paz, en ciudadanía; en la procura misionera claretiana intentando transmitir la solidaridad y misión en las comunidades religiosas; en PROCLADE, Redes y ARCORES compartiendo vida y proyectos personales y de desarrollo con las comunidades de diversos países que trabajaban por dignificar sus vidas; en Vallecas, desde la Cáritas parroquial de Santa Irene y la de la vicaría, viviendo de cerca la acción caritativa y social de la Iglesia en una ambiente muy exigente…
Como sociedad madrileña, cuál crees que es nuestro principal problema social?
Resaltaría el problema de la vivienda, que está mediatizando excesivamente la calidad de vida de muchas personas en busca de su primera vivienda. Aunque preocupa también mucho el aumento del individualismo y de la polarización.
¿Qué es para ti la caridad?
Vivir el estilo de relaciones y cuidados que vivió Jesús de Nazaret, estando muy atento a sus preferencias, que las tenía.
En Cáritas Madrid decimos que nuestra misión es evangelizar con obras de amor, ¿cómo se traduce esto?
Cuando rezas el Padre Nuestro creyéndote de verdad que los demás son hermanos y hermanas y actúas en consecuencia, ya estás empujando un poco el Reino que Dios nos regala. En la parroquia de Santa Irene repetimos desde hace unos años una regla de vida sencilla: al acostarte y repasar el día pregúntate ¿qué he hecho hoy para que alguien viva más y mejor?
¿Qué le dirías a quienes no creen en Dios?
¿Quieres que transitemos juntos caminos para construir una sociedad más fraterna, de cuidados, de entendimientos, sanadora de tantas heridas? Me encantaría.
AL DETALLE
¿Último libro que te has leído?
Estoy terminando de leer «El espíritu de la esperanza» de Byung-Chul Han, que me regaló hace unos días el equipo de Cáritas de la Vicaría IV. Muy recomendable.
¿Una ciudad?
Si vale con un pueblo, pues el mío, Casalarreina.
¿Tu color favorito?
Azul oscuro.
¿Una canción?
«Wish you were here» de Pink Floyd (aunque en el tono del móvil de la parroquia llevo «Here come the Sun», de los Beatles).
¿Eres más de playa o de montaña?
De montaña, aunque ver el mar me fascina.
¿Un sueño?
Que venga a nosotros tu Reino