Homenaje a 20 años como voluntario en Cáritas Madrid

Cáritas Madrid 26 de Febrero de 2015

Francisco Penela recibe un homenaje por su larga trayectoria al servicio de las personas más desfavorecidas.

Rodeado de amigos, compañeros del Servicio y de la Dirección de Cáritas Madrid Francisco compartió un momento de cariñoso recuerdo de su paso por este voluntariado.

Francisco Penela recibe un homenaje por su larga trayectoria al servicio de las personas más desfavorecidas.

Rodeado de amigos, compañeros del Servicio y de la Dirección de Cáritas Madrid Francisco compartió un momento de cariñoso recuerdo de su paso por este voluntariado.


Cáritas Madrid. 26 de febrero de 2015.- El director de Cáritas Madrid, don Julio Beamonte, tuvo unas palabras de reconomiento hacia la labor desempeñada y el gran trabajo realizado.


Fue a comienzos de 1.995, una vez finalizada su actividad profesional, como Secretario Técnico de Banca March.  cuando Francisco Penela decidió dedicar gran parte de su tiempo y experiencia profesional en ayudar a aquellas personas que más lo necesitaban. Esta motivación, la materializa, haciéndose voluntario de Cáritas Madrid. Durante estos años, Francisco ha conseguido hacer del voluntariado una forma de vivir. Y a sus 86 años, sigue teniendo las mismas ganas e ilusión que el primer día, de seguir luchando por los más desfavorecidos.


Desde entonces, y en estos 20 años, Francisco ha desarrollado su voluntariado, de manera entregada y desinteresada, en una de las empresas de inserción que nuestra Institución gestiona a través del Servicio Diocesano de Empleo, Taller 99. El objetivo de esta empresa, que Penela ha dirigido, es promover la inserción laboral de aquellas personas que tienen dificultad para acceder al mercado laboral normalizado. Hablamos de más de 150 personas las que han pasado por esta empresa en los últimos años, con problemáticas diversas, las que han sido formadas humana, social y laboralmente en las actividades de confección industrial y marroquinería, mientras perciben un salario, para después, terminado su periodo formativo, conseguir un puesto de trabajo en el mercado laboral normalizado.


Con cada una de las personas, se intenta trabajar los objetivos a conseguir, de una forma educativa, intentando crear un clima familiar, donde  puedan compartir nuevas ilusiones y oportunidades de futuro.


Pero este camino no ha sido fácil, y Francisco, con su tesón y su cariño a las personas más desfavorecidas, ha luchado contra las adversidades que se ha ido encontrando en el camino, como es la crisis que en estos momentos estamos viviendo, que por supuesto también ha afectado a las empresas de inserción, ya que no solo es una empresa para la formación sino que tiene que ser una empresa competitiva en el mercado laboral para poder seguir funcionando.


Pero su labor no queda aquí, porque es un embajador excepcional de Cáritas Madrid y de Taller 99, en cualquier lugar que se encuentra habla de Cáritas y de los productos que se hacen en el Taller, para que la gente los conozca y lo compre, o para que se hagan voluntarios de Cáritas Madrid.


Francisco siempre dice, “la satisfacción de darse a los demás y salir del egoísmo imperante en el mundo actual, es motivo más que suficiente para animar a otras personas a que se hagan voluntarios, o que colaboren de otra forma con Cáritas Madrid.


Su entrega a Cáritas ha sido de 5 días a la semana los 12 meses del año, que le ha llevado a realizar labores comerciales de los productos elaborados por Taller 99, labores financieras, socio-educativas y de orientación profesional, muchas de ellas muy alejadas de su  anterior labor profesional como Secretario Técnico de Banca March.


Todo aquel que conoce a Francisco destaca su perseverancia por hacer del proyecto una realidad viable como medio de vida y trabajo de las personas que están en camino de una inserción laboral: procesos penitenciarios, situaciones de exclusión y vulnerabilidad, familias monoparentales con cargas familiares. En palabras del propio Francisco “mi labor está pagada con la frase de una de las personas que ha pasado por el taller; un chico sin hogar, que vivía en la calle, al que Cáritas acompañó en su formación y le ofreció un empleo. Le ayudamos a tener confianza en sí mismo, a “trabajar trabajando” y cuando finalizó su proceso con nosotros me dijo que “yo era su padre”. Sólo esas palabras han devuelto con creces mi trabajo y dedicación al proyecto. Y porque además Francisco siempre habla de que su entrega a Cáritas es una forma de agradecer a la vida y a Dios la fortuna con la que se ha desarrollado toda su vida: su familia, lo más importante, especialmente su mujer, Ángeles, que ha sido su gran acompañante en toda una vida dedicada al trabajo tanto profesional como voluntario, sus 6 hijos y sus 4 nietos; su vida profesional y la salud que le acompaña en todo momento para seguir con esta gran labor por los demás.


Con estas líneas agradecemos a Francisco Penela su generosidad, entrega, entusiasmo y tesón desempeñados en Taller 99. Ha sido un maravillo ejemplo para todos nosotros.

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