Aquella ‘carta de amor’ la firmaba alguien especial

6 de Mayo de 2025

Una tarde llegó una carta a CEDIA, el centro que Cáritas diocesana Madrid tiene abierto para acompañar a personas sin hogar. La carta venía de fuera de Madrid, venía de Italia. La enviaban desde el Vaticano.

¿En el Vaticano saben de las personas sin hogar? ¿Conocen la dirección de este espacio ubicado al sur de Madrid y de las fronteras de la vulnerabilidad? Pues sí, en el Vaticano sabían de ellas, y más concretamente el papa Francisco sabía de las personas sin hogar. Porque él sabía de la cercanía hacia los pobres, y no dudó en contestar con su carta a otra que le llegó semanas antes donde personas que asistían a CEDIA le escribían para hablarle de sus deseos e inquietudes, y de lo que hacían en el centro, como parte de una de las actividades.

"Gracias por la carta. ¡Me ha hecho mucho bien!" decía Francisco en su respuesta. Les daba las gracias por escribirle y les mandaba saludos, de una manera humilde y sencilla, como era él. Y lo hacía con cada uno de ellos: “gracias a Borja, Antonio Javier, Yolanda, David, Gabriela, Florín…”, porque para él todos y cada uno valía la pena. 
Este es un ejemplo, uno solo de los tantos gestos de cercanía que Francisco sembró. Porque lo suyo era, como hacemos en Cáritas Madrid, evangelizar con sus gestos de amor. La carta fue una ‘carta de amor’ a los más vulnerables.

Este gesto fue un regalo concreto del papa Francisco a Cáritas. Una señal de que nos tenía en cuenta. Como cuando a través de Agustín, el sacerdote de la Cañada que fue a visitarlo a Roma, envió un mensaje de esperanza y unidad a las y los vecinos de Cañada.

El papa Francisco, con sus acciones discretas y firmes, nos ha dejado un legado que inspira nuestro compromiso con quienes más sufren. El suyo es un legado de Caridad. Francisco no describía con palabras lo que es la caridad, hacía y dibujaba la caridad, que es la esencia de nuestra acción como la obra social de la Iglesia de Madrid. Dibujar caridad en cada persona que llega a nosotros, pero no como una acción asistencial, sino como una manera de estar junto al otro, la caridad como encuentro, dignidad y ternura.

Podemos decir que en él ‘la palabra se hizo gesto’. Como hizo con las personas de CEDIA o de Cañada. “Sabed que estoy cerca, que rezo por ustedes”, y pedía humildemente, “recen por mí”, al tiempo que agradecía a Cáritas Madrid “todo lo que hacéis. ¡Seguid adelante!”. Ese “seguid adelante” nos impulsa cada día a integrar, acoger y acompañar. Gracias, Francisco.

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