«Fui a Cáritas para dejar de tener trabajos de tres días»

8 de Mayo de 2023

Las empresas de economía social que apoya Cáritas ofrecen un empleo digno a casi 900 personas con dificultad para encontrar un trabajo o atrapadas en la precariedad. Cáritas Madrid pone el foco en ellas en su Campaña contra el Paro

Las empresas de economía social que apoya Cáritas en España ofrecen un empleo digno a casi 900 personas con dificultad para encontrar un trabajo o atrapadas en la precariedad. Una de ella es la empresa de inserción laboral, de catering y colectividades, Carifood.

Con dos hijos, uno con una enfermedad crónica, a Carmen no le fue fácil romper una relación afectiva dañina. «Y cuando tuve fuerzas para decir “se acabó”, me echaron de la residencia donde trabajaba. ¡Se me cerraron todas las puertas a la vez!», recuerda.

Buscó piso, encontró apoyo emocional y económico en la Cáritas de su parroquia, y empezó a solicitar ayudas públicas, pues su expareja no le pasa manutención. Lo que parecía casi imposible era encontrar y mantener un empleo. Casi nadie quería contratarla. O, si lo hacían, «en cuanto pedía dos o tres permisos por ingresos de mi hijo, para ir a médicos o quedar con mi abogado de oficio, me decían gracias y adiós».

Entre tantos portazos, una puerta se le abrió cuando en Cáritas le hablaron de Carifood, de Fundación Labora, y que apoya Cáritas Madrid.

Era una gran oportunidad. El ritmo de trabajo, más relajado que un bar a pie de calle, les permite cuidar mejor a los empleados. En una empresa de inserción, el objetivo es acompañar al trabajador en un itinerario que lo prepare para el mundo laboral normalizado. «Vas viendo cómo llevan hábitos de trabajo como la puntualidad o las relaciones personales, cómo manejan los momentos de tensión…».

Carmen había trabajado en hostelería en el pasado. Carifood le dio la oportunidad de volver a una cocina, y recuperar la agilidad que esta exige. Trabaja con dos camareros, también en puestos de inserción, y con un técnico de producción: una persona con experiencia en el sector que hace las veces de mentor. También tienen servicio de catering, para el que cuentan de forma puntual con un grupo más amplio de personas en proceso de inserción.

Carmen es consciente de que, cuando termine su itinerario, tendrá que pasar a una empresa convencional. Pero, de momento, valora enormemente tener un sueldo fijo, la flexibilidad, y haber vuelto a sentirse útil. «Al salir de esa relación tan mala, pensaba que no servía para nada. Aquí, gracias a Dios, me he fortalecido».

 

 

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