Formarse en el cuidado de personas mayores, una puerta al mundo laboral para Daniela

Cáritas Madrid 10 de Enero de 2020

Daniela vino hace unos meses a España desde El Salvador, donde estudió Enfermería. Aquí ha realizado un curso de capacitación de Cáritas Diocesana de Madrid para atención a personas mayores o dependientes en domicilios; una formación que le ha proporcionado nuevas salidas laborales y le ha ayudado a sentirse más integrada en España.

Daniela ha realizado un curso de capacitación para atención a personas mayores o dependientes en domicilios de Cáritas Diocesana de Madrid que le ha proporcionado nuevas salidas laborales y le ha ayudado a sentirse más integrada en España.


Cáritas Madrid. 10 de enero de 2020.- Daniela llegó a España hace unos meses, desde El Salvador. Con sus estudios de enfermería. Vino con la esperanza de poder encontrar un trabajo y comenzar su vida en España. Actualmente vive con unos familiares en Cabanillas de la Sierra, un municipio situado en la Sierra Norte de Madrid, a 55 kilómetros de la capital. Cáritas Diocesana de Madrid, a través de los arciprestazgos situados en la Sierra Norte de Madrid pertenecientes a la zona de VIcaría I, le ofreció la posibilidad de participar en un curso de capacitación sobre atención en domicilios a personas dependientes y Daniela aceptó encantada, ya que, como ella reconoce “es una suerte poder acceder a esta formación, tan completa y con profesores tan cualificados”.


El curso tuvo una duración de 60 horas y se impartió en la Casa de las Hermanas de María Inmaculada de Buitrago del Lozoya, entre el 7 y el 25 de octubre. Al igual que Daniela, otras 15 mujeres residentes en los municipios pertenecientes a los arciprestazgos de El Molar y Buitrago han asistido a este curso. Y los resultados han sido inmejorables: 13 de ellas han superado las pruebas de fin de curso, recibiendo la correspondiente acreditación.


Organizar este tipo de cursos en un lugar tan alejado de Madrid, donde los autobuses interurbanos, que son el único transporte público en la zona, llegan con una frecuencia muy baja, no es fácil y requiere más recursos que en otros lugares. Pero aún así, es importante hacer llegar a estas poblaciones la formación que pueda contribuir a cambiar la vida de las personas. Son pocas las oportunidades de trabajo y las que existen necesitan una formación específica.


Nuevos conocimientos

En las tres semanas de curso, Daniela y sus compañeras adquirieron conocimientos sobre la atención higiénico-sanitaria a personas dependientes y la administración de alimentos y tratamientos en el domicilio. Además, trataron temas más genéricos como primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar o prevención de riesgos laborales.Mediante sesiones teóricas y prácticas, Daniela afirma que se ha familiarizado con la manera de trabajar en España, diferente en algunos aspectos a la que se sigue en El Salvador: “Aquí se trabaja con técnicas más innovadoras para movilizar a enfermos dependientes, y esto es una parte muy importante de nuestro trabajo, ya que son personas que desde la mañana a la noche necesitan ayuda para moverse, incluso durante las horas de sueño”.


Actualmente Daniela trabaja cuidando a una persona mayor por las noches, pero es un trabajo temporal y finalizará pronto. Ella tiene la esperanza de poder seguir poniendo en práctica todos los conocimientos adquiridos en el curso, ya sea en domicilios o en residencias. Es un trabajo que le gusta y con el que disfruta. Por eso sigue en contacto con el Servicio Diocesano de Empleo para recibir apoyo en la búsqueda de empleo y se siente afortunada de contar con esta ayuda.


Pero el apoyo de Caritas Madrid no es el único que han encontrado Daniela y sus compañeras. Gracias a este curso han conocido a otras personas, una experiencia que para ella ha sido nueva y muy enriquecedora. “Era la primera vez que conocía a personas de tantos países, de México, de Venezuela, de Colombia, de Marruecos, y estoy encantada. Mantenemos el contacto y una muy buena amistad. El buen ambiente que hubo durante el curso lo hemos traído a la vida diaria, y esto ha sido muy positivo para todas”.


Y es que, aunque no es el principal objetivo de la formación, conocer a otras personas y crear redes de apoyo se convierte muchas veces en un camino para encontrar trabajo y de sentirse más integrado y participante, pudiendo aportar cada uno sus experiencias, sentimientos y esperanzas. Los voluntarios y profesionales de Caritas lo saben y por eso los cursos de formación tienen siempre ese lado humano que en muchas ocasiones es mucho más duradero que el propio curso.


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