¡Feliz Navidad! Natividad del Señor

Cáritas Madrid 25 de Diciembre de 2018

Lecturas: Is 9, 1-7/ Sal 95 / Tit 2, 11-14 / Lc 2, 1-14

Hoy es día de fiesta, es el tiempo del Hijo. Ha comenzado la etapa decisiva de la salvación.

Lecturas: Is 9, 1-7/ Sal 95 / Tit 2, 11-14 / Lc 2, 1-14.


Cáritas Madrid. 25 de diciembre de 2018.- ¡Feliz Navidad! Este saludo sintetiza la invitación que nos hace la liturgia de hoy. Los mensajeros anunciaron un tiempo nuevo. Había urgencia. Dios vuelve a reinar. Parecía que no iba a llega este tiempo ante tanta tristeza y pesimismo. Pero hoy podemos celebrar que "Dios con nosotros" es una realidad. Hoy es día de fiesta, es el tiempo del Hijo. Ha comenzado la etapa decisiva de la salvación.

 

La luz de este día nos viene del "Sol que ha nacido de lo alto", el Mesías, Señor, que ha nacido en Belén de Judá. Felicidad para todos los que que nos reunimos en torno al altar para celebrar este Misterio de nuestra salvación.

 

Las celebraciones van acompañadas de signos que indican que la fiesta está presente. En este caso la Navidad se visiliza con luces de colores, espumillones, mantecados y turrones, villancicos. Todos los sentidos son interpelados y estimulados este tiempo. Hay cosas que entran por la vista, por el oído, el olfato o el gusto. Pareciera que todo este envoltorio festivo constituye la Navidad.

 

Sin embargo, cuando el ángel anuncia a los pastores que Jesús ha nacido, la señal que les da no tiene nada de extraordinario, de estimulante: "un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Es algo normal, ordinario, natural. No hay nada de espectáculo que no sea la inocencia de ese niño. Y es que Dios se nos presenta en lo cotidiano, en lo normal de la vida, sin envoltorios". Descubrir sus señales implica estar atento a lo pequeño, a lo que no cuenta. Con un niño fajado y acostado en un pesebre comienza el tiempo de la visita del Señor a la humanidad. Hemos de ver para saber mirar.

 

La luz de este día nos viene del "Sol que ha nacido de lo alto", el Mesías, Señor, que ha nacido en Belén de Judá. Felicidad para todos los que nos reunimos en torno al altar para celebrar este Misterio de nuestra salvación. Alegrémonos, y celebremos la eucaristía en comunión con toda la Iglesia y con toda la madre tierra.

 

En la Navidad, Jesús nace y nos pide que seamos conscientes que con El podemos ser más felices, salir de nuestras apatías, mejorar el mundo. Al observar este nacimiento se llenará nuestra mente de paradojas, de "algo" incomprensible a mentalidades humanas. Pero es el tiempo de celebrar. Celebrando comprenderemos mejor el mensaje de Dios que nace niño, con la debilidad del recién nacido; pobre, con la humildad del que necesita a los demás; comprometido con las promesas realizadas.

 

Hoy celebramos el tiempo de Navidad incrustados en la historia. Vivimos circunstancias y acontecimientos en nuestra sociedad. Celebrar la Navidad es también un mensaje de futuro para el hombre de hoy, dar sentido a nuestras vidas presentes con la esperanza de un futuro cierto y de un mundo mejor. Es importante que nuestra celebración este centrada en el tiempo histórico que nos ha tocado vivir. No podemos dejar que la Navidad pase como una fiesta más, sin dejar poso, ni recuerdo.

 

Si pretendemos mejorar el mundo, no podemos celebrar la Navidad desde el mero consumismo, que se manifiesta en la comercialización de productos, pero también en el pasar las fiestas como mero ritualismo. La Navidad es mucha más honda que su "comercialización". Es vivencia de fe. Este es el mensaje al que hoy estamos llamados todos los cristianos, y lo debemos transmitir a nuestra sociedad. Vivir la Navidad sin comercio, con gratuidad hacia los hermanos, porque así la hemos recibido por parte de Dios.

 

Jesús nace como buena Noticia; es el Cordero de Dios que quita los males del mundo; es alegría, esa alegría que transciende las mismas fiestas. ¡Vivamos la Navidad comprometidos en mejorar el mundo!

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