Feliz Día de San José Obrero. Día Internacional del Trabajo
Cáritas Madrid 1 de Mayo de 2021Hoy, día 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial del Trabajo. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Hoy, día 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial del Trabajo. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Caritas Madrid. 1 de mayo de 2021- La fiesta del 1 de mayo, nacida fuera de la cristiandad para reclamar condiciones laborales de un trabajo digno, ha sido aceptada por la comunidad cristiana en su calendario festivo. Los cristianos sabemos que José era un obrero y que Jesús era conocido como el “hijo del carpintero de Nazaret”. Por eso el papa León XIII proclamó a San José el “patrono de los obreros”.
Hoy esta fiesta tiene total actualidad por la situación de pandemoa que estamos viviendo. La iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” (ITD), este año, lanza el manifiesto: “Ahora más que nunca Trabajo Decente”, que revela el grave impacto de la pandemia en el conjunto de la sociedad y en el mundo del trabajo, y cuyos efectos han sido especialmente acentuados en las personas más vulnerables.
“Esta crisis ha puesto de relieve la necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro”, se lee en el manifiesto. Un documento en el que la organización aboga por un Pacto Social, a través del cual se adopten las políticas y medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan.
“El impacto de la pandemia ha acelerado los procesos que debilitan el derecho al trabajo, y empobrecen, precarizan y descartan a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes. Ello provoca que el acceso a un puesto laboral digno, tras muchos años dedicados al estudio y a la especialización en un ámbito profesional, sea hoy casi un lujo que pocas y pocos jóvenes se pueden permitir. Que el trabajo esté en riesgo supone que el pacto social entre en crisis y, con ello, la propia democracia”, subraya el documento.
"La Iglesia por el Trabajo Decente" señala que las medidas aplicadas para paliar las consecuencias de la pandemia solo han llevado a la destrucción de empleos y en despidos, pero sobre todo, no han llegado a las personas que más lo necesitan. Además, denuncia que “la pobreza se dispara entre la población migrante en situación administrativa irregular, donde el desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al sistema de protección”.
En este contexto, el movimiento “Iglesia por el Trabajo Decente” reclama acciones concretas como redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas que aseguren a cada persona trabajadora “alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo” a la construcción del bien común.
Destaca también la necesidad de “potenciar el trabajo con derechos y seguro en cualquier relación laboral sin distinción de edad, sexo o procedencia; garantizar el acceso a medidas de protección social; lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida; e impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral, creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno con unas condiciones laborales dignas.
Por último, se llama a promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta. En particular, exhorta a todas las comunidades cristianas a unirse y participar en iniciativas que puedan hacer visible estas reclamaciones y haciéndose eco de las palabras del Papa: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo decente!