Entornos naturales para acoger la inclusión y la diversión de los más jóvenes

10 de Agosto de 2023

En esta ocasión, el entorno natural elegido para el campamento que ha organizado Cáritas Vicaría III ha sido Cuenca, en concreto su serranía, un lugar donde ya estuvieron el año anterior.

Un grupo de 20 niños, niñas y jóvenes han tenido la oportunidad de disfrutar de unos días de campamento en las instalaciones de Alta Lai Extreme, una finca con albergue para residencia, equipamiento de multiaventura y piscina en un paisaje de bosque mediterráneo, propio de la zona.

Esta experiencia en plena naturaleza les ha permitido el encuentro con nuevos amigos y saludables formas de ocio y relación con la naturaleza. Además, de ser espacios que les permiten salir de sus entornos habituales, mientras sus padres concilian vida laboral y familiar.

Este es precisamente el objetivo de los campamentos de Cáritas Diocesana de Madrid, favorecer una verdadera inclusión ofreciendo a las familias más vulnerables la posibilidad de conciliar, así como de que su hijos e hijas desarrollen habilidades y autonomía y pasen un verano en igualdad, como otros menores de su edad.

Estos han sido cinco días de crecimiento personal pero también de diversión, risas y emociones, en los que han podido disfrutar de juegos y actividades físicas entre pinos, encinas y también, alguna que otra mosca invitada. Han superado marchas de senderismo con cuestas que allí llaman “matachulos” -el nombre dice mucho de ellas-; han puesto a prueba el miedo a la altura y también incentivado la emoción del ‘riesgo’ pero con seguridad, por medio de las tirolinas y la trepa entre árboles. 

Ha habido intercambio de regalos de los amigos invisibles, juegos espontáneos en la piscina e incluso los bailes, demostración del clima de amistad vivido.

Como actividad novedosa este año se han adentrado en la cueva de La Plata, guiados por una especialista en montaña, para realizar los primeros pasos de espeleología. “¡Todos y todas hemos vuelto exhaustos, felices y deseosos de repetir!”, nos comentan emocionados desde la Vicaría.

Y tras la jornada, la oscuridad de la noche. Que les ha obsequiado la contemplación del cielo pleno de estrellas. Porque es necesario respirar, descansar, alejarse de ajetreos y preocupaciones para “no echar de menos el sol que se oculta, sino ser capaces de ver -y disfrutar- las estrellas”.

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