Enseñar es dejar una huella en la vida de una persona

Cáritas Madrid 1 de Febrero de 2017

Nos acercamos a conocer en qué consiste el proyecto de menores San Cayetano, de la pª Virgen de la Providencia y San Cayetano, de Cáritas Vicaría II

Nos acercamos a conocer en qué consiste el proyecto de menores San Cayetano, de la pª Virgen de la Providencia y San Cayetano, de Cáritas Vicaría II.

 

Cáritas Madrid. 1 de febrero de 2017.- El Centro Educacional del Menor (CEM) San Cayetano, en el barrio de La Guindalera y sito en la parroquia teatina Virgen de la Providencia y San Cayetano en la zona de Vicaría II, comenzó siendo, hace ya muchos años, una pequeña Escuela de Verano, en la que se atendía, por jóvenes parroquianos, a algunos escolares con dificultades educativas y sin recursos. Más tarde, se proveyó la atención sólo a los sábados por la mañana, durante el curso escolar. Y, finalmente, se inició el proyecto del Aula de Apoyo Escolar (ADEA), de manera más continuada y estructurada en la semana. Todo ello se puso en marcha, a partir siempre de la detección de la necesidad por Caritas Parroquial.


Hoy día, arropados por Caritas de la Vicaría II de la diócesis de Madrid y bajo su cierta “batuta”, nuestra ADEA San Cayetano constituye el CEM San Cayetano, que da servicio de atención escolar y educacional a menores del Arciprestazgo San Juan Evangelista, donde está la parroquia.


El CEM funciona de martes a viernes, de las 17:00 hs. a las 19:30 hs., siendo el horario lectivo concreto de las 17:30 hs. a las 19:00 hs. La organización del CEM en lo material implica, en primer lugar, la dotación de un coordinador, que hace de cabeza visible ante cualquier institución, y otros tres coordinadores: entre los cuatro se distribuyen las tareas, llamémosles administrativas y organizativas (inscripción de alumnos, entrevistas con padres, mantenimiento de fichas de alumnos y monitores, reuniones de coordinación y actas, preparación y mantenimiento de material de apoyo y seguimiento de alumnos, contactos con colegios, preparación y organización de reuniones con monitores y con padres y de actividades extraescolares …), de la forma que más conviene a la marcha del CEM; y, asimismo, ejercen labores de monitor en la mayoría de los días que acuden.


Aunque el objetivo es no pasar de 30-35 alumnos, el número de alumnos atendidos en cursos anteriores acabó oscilando entre 35 y 45, siempre dependiendo de las circunstancias de los escolares que se inscriben y de la dotación de monitores. Por tanto, la organización del CEM implica también, en segundo lugar, que el número de monitores sea numeroso, ya que, por regla general, sólo colaboran 2 horas a la semana, concretadas en un día. El CEM dispone de un grupo de monitores voluntarios veteranos que continúan de año en año, casi en su mayoría; y un grupo variable de monitores jóvenes, alumnos de bachillerato de un par de colegios afines al CEM, que se ofrecen como voluntarios, renovándose de año en año.


La organización del CEM implica, en tercer lugar, tener definidas unas normas de actuación y convivencia, que deben ser respetadas por todos para la buena marcha de la actividad y la eficacia de esta acción social. Estas normas se distribuyen por escrito y se comentan, al comienzo de cada curso, a los alumnos, a sus padres y a los monitores, incidiendo en aquello que tiene un valor más significativo respecto a una educación en valores.


El discurrir del CEM San Cayetano, día a día, es el siguiente:

 

·      Los alumnos van llegando a los locales y permanecen en el patio o en las aulas hasta las 17:30 hs., disfrutando de un tiempo de recreo antes de empezar la tarea. Un monitor o un coordinador están al tanto de los juegos y vigilan que no se produzcan alborotos no deseados y que se compartan los juegos sin conflictos.

 

·      Los monitores han de llegar antes de las 17:30 hs. para revisar el seguimiento diario de los alumnos que tienen asignados, en cuanto al aprendizaje de conocimientos y a la actitud mostrada en días anteriores. Ello facilita su labor y orienta sobre cómo actuar o qué deben hacer con los alumnos, en relación con sus deberes escolares y su comportamiento.

 

·      A las 17:30 hs., se reune a todos los alumnos en un Aula grande y se reflexiona brevemente sobre un refrán castellano o un dicho, que ponga de relieve un valor cristiano, humano o cívico y que haga pensar y reaccionar sobre la actuación que, como personas adultas, se debe tener en la vida. Los valores en los que se insistió el curso pasado fueron: respeto, responsabilidad y esfuerzo. En el presente curso escolar se están tratando refranes y dichos que refuercen la idea de solidaridad, convivencia y familia. Se aprovecha también este momento, para dar algún aviso importante, aunque, normalmente, se entregan por escrito, en carta o circular.

 

·      Posteriormente, los alumnos se distribuyen en varias aulas, según su nivel escolar, y hacen sus tareas escolares o estudian, con el apoyo que precisen de los monitores. En caso de no tener deberes o temas que estudiar, se les proponen ejercicios, en hojas ya diseñadas, sobre conceptos y conocimientos de Lengua Española y Matemáticas, principalmente.  

 

·    Lo monitores, al finalizar el horario lectivo, deben anotar lo realizado por el alumno y las dificultades habidas, en una hoja de seguimiento diario de cada uno de ellos.

 

No se entra en más detalles sobre otras actuaciones periódicas – no diarias – y la organización del CEM y sus dificultades, para no cansar; pero a nadie se le puede escapar que la organización y supervivencia de un Centro Educacional del Menor, llevado exclusivamente por voluntarios, entraña complejidad, dedicación, experiencia, sabiduría, mano izquierda, corazón, cabeza, perseverancia, optimismo, confianza, dotes de autoridad e influencia, capacidad de resolución de variados conflictos y entrega voluntaria a tope. Digamos pues que, en cuarto lugar o en primerísimo, la organización del CEM implica todo lo anterior, en un todo conjunto lo más explícito posible y en dosis suficientemente equilibradas … como una tarta bien hecha, con buenos ingredientes, para que el pastel sepa a gloria bendita. 

 

 

 

 

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