Enredados... pero por el señor

Presentación a la comunidad parroquial de Jesús Obrero de su Equipo de Cáritas.

Cáritas Madrid. 12 de febrero de 2016.-La mañana muy fría. El templo acogedor y llenándose poco a poco con el calor de una comunidad acostumbrada a reunirse domingo tras domingo para su celebración eucarística. El vicario de la Parroquia Jesús Obrero, D. Miguel Ángel, tras el saludo ritual, pide a los asistentes que se acomoden porque quiere “presentarles, en unos minutos, a quienes, con gran esfuerzo y dedicación de años en algún caso, realizan una labor desinteresada y no siempre bien conocida”.

Como en otra celebración se hizo con quienes están implicados en la catequesis, hoy quería “dar a conocer las caras y los nombres de todos los voluntarios de Cáritas Parroquial”. Presentó primero a la coordinadora del servicio parroquial de la Caridad. Después, uno a uno nombró a las personas de la Acogida, resaltó sus quehaceres en el “primer encuentro con quienes piden ayuda a la Iglesia”. También, a los del ROPERO dedicados a seleccionar, clasificar y repartir las ropas que generosamente depositan los vecinos en el contendor de la puerta.  Nombró a quienes con los ALIMENTOS hacen tareas semejantes. Al ser nombrados iban subiendo alrededor del altar, “expresión de la vida de unidad” de todos los que sirven”.

Cedida la palabra a la Responsable de Cáritas, ésta presentó a otros voluntarios externos a la comunidad parroquial pero con labores de de comunicación y apoyo a los voluntarios en el Arciprestazgo. Resaltó que la respuesta a las necesidades que se viven en el territorio parroquial va mucho más allá de los “simples repartos”, expresándose en gran proximidad y escucha de los desfavorecidos y necesita muchas otras manos.

Cerró este “momento sensibilizador” un breve vídeo que enmarcaba los afanes de este grupo de voluntarios como una parte, pequeñita pero importante,  del quehacer de miles de voluntarios de Cáritas en la Iglesia.

El celebrante al explicar el evangelio del día instó a la asamblea a “seguir el ejemplo de Pedro”, en un principio “enredado en sus cosas” y luego amigo incondicional, a pesar de las negaciones. Comparó el hacer de los voluntarios de Cáritas Parroquial con el “enredarse por amor con Jesús” de Pedro. Tareas de casa, atención personal al esposo, la esposa, los hijos… “son dejadas a un lado como la redes del pescador”  para “sumar y sumar amor” por el otro. Pidió a los oyentes que no vieran nunca en estos voluntarios a “unos interesados” sino a unos “servidores del amor de Dios” ejemplo que esperaba se repitiese entre los que le escuchaban.

Las plegarias y las ofrendas, preparadas con esmero y cariño volvieron a visibilizar simbólicamente la entrega de quienes “dan de lo suyo” para que alcance a los que tienen carencias.

El mensaje planteado caló en la comunidad y movió no sólo las manos para el aplaudir agradecido sino que también alcanzó a algunos corazones que ofreciéndose como nuevos voluntarios pedían saber cuándo, dónde y cómo sumarse al grupo de Cáritas.